Sobre el contenido del proyecto, abarcaba tres puntos ( los comento porque me parece interesante darlo a conocer y espero no aburrir ) :
1.- Control de accesos y presencia : es fundamental conocer en cada momento quién hay dentro de la mina, quién entra y quién sale, que nadie quede dentro sin control, para primar la seguridad por encima de todo. Pero también es fundamental este control para saber con cuánto personal minero se cuenta al comienzo de cada jornada. Esto era algo específico de este sector, pues en la minería se produce un absentismo laboral muy importante ( por incapacidad temporal o baja por enfermedad o bien porque el minero cobraba a destajo y a diario y cuando consideraba que ya había ganado bastante ese mes podía dejar de ir; así nos lo contaron, en cualquier caso ). Todo esto hace que no fuera posible conocer con cuánta gente íbamos a trabajar hasta unos minutos antes del comienzo de la jornada. Con un control de presencia, podemos conocer por categoría y puesto con quiénes contamos y así poder formar los grupos de trabajo adecuados para cada zona.
Este absentismo forma parte de la esencia del sector, está contemplado y reconocido, habida cuenta de las difíciles condiciones de trabajo y la vulnerabilidad a enfermedades y accidentes que sufre el minero. No es comparable con el absentismo laboral por gripes, dolores de espalda y migrañas en el tejido empresarial y funcionarial ( valga el término ) al aire libre.
2.- Planificación de la jornada laboral : con la información del control de presencia, podemos definir de forma casi automática y en función del plan de trabajo previsto para ese día, los equipos de trabajo ( un equipo realiza una labor en una localización concreta en un turno de trabajo ). Se dispone de sólo unos minutos para hacerlo, entre el momento que han acudido todos los mineros y el momento del inicio de la jornada y el descenso de las jaulas. De ahí la necesidad de un sistema de información que automatice y facilite este proceso.
3.- Automatización ( lo llamábamos mecanización ) del cálculo salarial de la jornada de cada minero : el minero trabajaba por jornadas y se le pagaba a diario al final de la misma. En una hoja de trabajo el vigilante de cada grupo apuntaba lo que había hecho cada uno de los mineros, por tipo de labor, duración de la misma, longitud de avance, etc... Con esa hoja y el acuerdo del minero, la empresa le pagaba su jornal, valorando según convenio el trabajo realizado de acuerdo con la tipología del mismo y la categoría del minero. Automatizar el cálculo de este pago suponía un ahorro de tiempo y una reducción de errores muy importante. Lo difícil de esta automatización fue que tenía que cumplir con el convenio de minería, que recoge multitud de situaciones, variaciones y excepciones que hay que contemplar ( valoración por puesto o por categoría, trabajos especiales de barrenadores, artilleros, sutiradores, correpilas, excepciones de convenio como si el puesto de trabajo es hundimiento o levantamiento de quiebras o entronque de pozos planos a transversal, trabajo en agua o semiagua, etc.). Se parte de una entrada de datos recogidos en la hoja de trabajo, el sistema lanza un algoritmo que contempla toda la casuística planteada en el convenio y lanza el resultado monetario que corresponde al trabajador. Desarrollar este algoritmo y jugar con él con cientos de hojas de trabajo reales para comprobar que funcionaba en todos los casos posibles, fue todo un reto intelectual para nosotros y un logro comprobar que era posible dicha automatización. El Director de Sistemas nunca pensó que fuera posible. Para nosotros una satisfacción demostrarle ( y demostrárnoslo a nosotros mismos en primer lugar ) que sí lo era.
Para acometer este diseño, hicimos la correspondiente tarea de Identificar Requerimientos de Usuario, mediante visitas a los distintos grupos mineros y entrevistas con personal clave ( áreas de producción, racionalización, métodos y tiempos, informática, etc. ), todo muy didáctico e interesante.
Para el control de presencia y de accesos, realizamos un estudio de mercado y de proveedores buscando dispositivos y tecnología que ofrecieran la solución al mismo : terminales de control de presencia a la entrada del pozo, dispositivos O.C.R., tarjetas de fichaje, puertas de acceso controlado, ... Además existía el inconveniente de que todo dispositivo que entra en la mina ha de estar homologado por el ministerio pertinente. Realizar esta evaluación con su valoración cualitativa y cuantitativa fue otro aspecto realmente interesante de este proyecto.
Sin embargo no recuerdo grandes anécdotas. Todo transcurrió con placidez, en régimen estacionario ( usando argot ingenieril ) y permanente. Las jornadas se alargaban hasta las ocho o nueve de la noche. Supimos repartirnos el trabajo de forma que nunca tuvimos picos que alargaran dicha jornada. Los viernes procurábamos salir a las 15h, considerando que el regreso nos suponía más de tres horas en coche.
Por parte del cliente, nos asignaron dos programadores para colaborar con nosotros a demanda nuestra ( para temas de modelo de datos, arquitectura técnica y relación entre lo funcional y lo técnico ). Con ellos creamos cierta relación personal ( éramos jóvenes de la misma edad, los cuatro solteros y los cuatro expatriados trabajando en una ciudad que no era la nuestra ), lo que nos llevó a terminar de vinos muchas noches de jueves ( no lo he comentado antes, pero el consultor que trabaja fuera de su ciudad sale de marcha los jueves en su ciudad de trabajo, porque el viernes regresa ). Los viernes por la mañana nos mirábamos los cuatro compartiendo sonrisas cómplices que recordaban tácitamente la pequeña juerga de la noche anterior ( juerga tradicional, que conste, algo de alcohol, música, risas y compartir vida ).
Sólo me vienen dos anécdotas con cierta gracia :
1.- Un viernes el gerente nos visitó para revisar el avance. El lunes teníamos que presentar algo que no recuerdo al cliente y a última hora nos propuso cambios en el enfoque y nos instó a que nos quedáramos un poco más para tenerlo listo para el lunes. Dicho esto, se marchó. Los dos senior nos miramos, miramos el reloj y pensamos en nuestra vida en casa ( él tenía una niña preciosa de pocos meses a la que sólo veía los fines de semana, así como a su mujer ), y resolvimos de forma inmediata largarnos para casa. Ya resolveríamos el tema llegando pronto el lunes o trabajando un poco en casa el fin de semana, pero queríamos llegar a casa antes de las 20h. Diez minutos después regresábamos en el coche con el ansia pisando el acelerador ( pero sin hacer el cabra ). No caímos en la cuenta de que el gerente no conducía tan deprisa y que iba una media hora por delante de nosotros. En el túnel de Guadarrama lo adelantamos y nuestras risas dentro del coche cuando nos dimos cuenta no se me olvidan. El lunes siguiente el gerente nos comentó que le había parecido que le adelantábamos en el túnel. Nosotros mentimos como mejor supimos. Supongo que él supo que mentíamos, pero como el trabajo estaba hecho y, una vez más, al consultor se le evalúa por resultados, no tuvo mayor trascendencia.
2.- A este gerente lo recuerdo como alguien peculiar e interesante. Aparte de que su trato con nosotros siempre fue correcto y tranquilo y de que nos enseñó muchas cosas ( sobre todo de temas de arquitecturas técnicas, de lo que yo todavía sabía muy poco, ahora sigo sabiendo poco, pero algo más ), me resultó peculiar por la siguiente situación. Para coger alguna documentación que nos trajo, fuimos hasta su coche y nos abrió el maletero. Dentro había una pila desordenada de libros en alemán con la palabra “Nietzsche” en la mayoría de ellos. Le pregunté la razón de ello y me contó que él, además de ingeniero de telecomunicación, era licenciado en filosofía y que, en verano, sacaba días para acudir a universidades alemanas para asistir a cursos de verano sobre el filósofo, porque, sólo en alemán se puede entender bien su planteamiento filosófico, debido a los numerosos neologismos que incorporó a la misma y que, con la traducción, pierden autenticidad semántica y de contenido y enfoque. No recuerdo si fue el otro senior, el propio gerente o yo mismo quien me volvió a cerrar la mandíbula. Por supuesto, hablaba alemán y lo leía. ( Ya sabéis, si queréis conocer a Nietzsche, hay que leerlo en su lengua original. Las traducciones lo desvirtúan. Y qué razón tendrá ). Este tipo de personas me invita a reflexionar. Además de esto, me pareció muy buena persona y, también, alguien injustamente valorado en la empresa. La dejó con el tiempo y no supe más de él. Una vez más, deseo que le vaya muy bien.
No sé si al final desarrollaron la fase de instalación ( desarrollar el sistema y ponerlo en marcha ). Nosotros, lógicamente, incluimos un Plan de Instalación en el Diseño que les entregamos y se hizo la oportuna promoción para obtener la recurrencia. Recuerdo que la intención era que ellos mismos lo desarrollarían, pero no sé más. Me hubiera encantado ver el sistema funcionando y el algoritmo escupiendo hojas de trabajo con los euros a punto ( todavía teníamos pesetas entonces ).
La historia acabó ahí y ahora sólo pervive en mi recuerdo, como la vida transcurrida.
Para finalizar, comentar brevemente la dificultad y peculiaridad del trabajo minero. Aunque suene a tópico, realmente hay que ser de una pasta especial para ser minero, algo que claramente se percibe viviendo entre ellos y bajando en la jaula a verlos trabajar.
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