domingo, 30 de marzo de 2008

13 - Mi primer cliente : entre aviones y obras de arte ( II )

En este cliente, como ya dije, hice mis primeros amigos y compañeros, y compañeros no amigos, de la firma. Mis jefes y compañeros se convirtieron en personajes que continuaron apareciendo en la mayor parte de los sucesivos y futuros clientes. Entre ellos quiero destacar a tres.

Mr. Cr.: con importantes responsabilidades ya en aquel tiempo, Mr. Cr supo ganarse el rechazo ( y me atrevería a decir que hasta el odio ) de buena parte de la plantilla del cliente. Pero también supo ganarse la admiración por parte de sus jefes. Para mí era el cabecilla de un equipo de consultores que crecimos con él, con lo bueno y lo malo, pero con él. Mi peor pesadilla en muchos momentos, todo hay que decirlo. Alguien que conforme ascendía de categoría, era cada vez mejor profesional ( de programador normalito a buen Jefe de Equipo y mejor Gerente, desde el punto de vista de la firma ). Mr. Cr ha sabido llegar muy alto ( fiel al lema de la firma, el límite lo pones tú mismo ), probablemente impelido por una enorme ambición profesional ( lo cual no es malo en sí mismo ). Una persona de la que no me sentí amigo en ningún momento ( tampoco enemigo ), pero con el que la relación profesional era seria, sostenida, respetuosa y a veces tensa. De él siempre admiré entre otras cosas su capacidad para obtener una visión de conjunto de los proyectos, los clientes y las situaciones. Esa capacidad para visualizar el “big picture” en cada momento le permitía aplicar el enfoque adecuado en las propuestas, en los proyectos y en la relación con el cliente ( la imagen que mejor representa esto es que vamos por un sendero sinuoso, los que volamos bajo o sólo andamos - o nos arrastramos - vamos descubriendo poco a poco el sendero y la siguiente curva que nos aparece o la próxima piedra que tenemos que rebasar la vemos poco antes de encontrarnos con ellas; los que vuelan más alto son capaces de separarse del suelo y ver desde lo alto el camino por el que avanzamos, viendo las curvas y los obstáculos con suficiente antelación para prepararse mejor para caminar con éxito ). Supongo que en buena parte por ello ahora se encuentra tan alto, y también porque ha generado altísimos ingresos ( “revenues” ) para la firma, y, al fin y al cabo, de eso se trata. El secreto de su éxito está relacionado también con el hecho de haber sabido rodearse siempre de un buen equipo que sacara el trabajo adelante con solvencia y eficacia, y haber sabido tirar de ese equipo hacia arriba, todos juntitos, como una mini-pirámide dentro de la gran pirámide de la empresa : si yo subo, tú subes ( pero sólo si me ayudas a subir haciendo bien tu trabajo ). En ese sentido la relación fue siempre honesta. Los que lo conocíamos y trabajábamos con él sabíamos que el suyo era un modelo de progresión profesional ( aunque había otras vías ) a seguir si querías ser una estrella en la firma. Otra cosa es que uno estuviera dispuesto a ello, porque, además de las mieles del triunfo, también tienen lugar daños colaterales en ocasiones irreversibles.

La segunda persona lo llamaré Mr. π, quien era mi jefe en ese momento ( y continuó siéndolo muchos años, si bien esa palabra no encajaba muy bien con su forma de ser ) y hoy en día continúa siendo mi amigo, quien me invitó a mi primera cerveza socioprofesional, con quien la química y el entendimiento en cuestiones intelectuales fue desde el principio muy buena, a quien supe valorar y quien me valoró y con quien poco a poco fui intimando y fui testigo ( he sido y lo sigo siendo, y espero seguir siéndolo ) de muchos hitos de su vida personal. Siempre hablando muy rápido ( algunos compañeros le tenían que tirar de las riendas porque no eran capaces de seguirle mentalmente, pensaba más rápido que todos nosotros ), siempre con comentarios ingeniosos para hacernos reír, un remero que continuaba programando en clipper si hacía falta aunque ya fuera gerente, alguien, en definitiva, que, en mi opinión y en la de muchos que trabajaron con él, supo crear escuela, como pocos, rompiendo muchos tópicos existentes en ese momento sobre la relaciones interpersonales entre los miembros del equipo de trabajo, sobre la batalla contra el “overtime” cultural, sobre el equilibrio entre la vida personal y la laboral pero sin renunciar al compromiso por el trabajo bien hecho, siendo cercano, accesible y familiar en todo momento. Esa escuela que creó traté yo de continuarla en mis equipos de trabajo. Lo notas cuando ves que la gente trabaja contenta, comprometida con el proyecto, echando las horas que se necesiten, y ves que lo hacen porque eres tú el que los diriges, porque te aprecian profesional y personalmente, porque saben que te remangarás con ellos cuando sea necesario, porque ven que no los miras con displicencia, sino que eres uno más con ellos. De él aprendieron muchos que ahora son importantes gestores de equipos y que, estoy seguro, consiguen que el trabajo sea algo un poco más placentero incluso en momentos difíciles. Lo recuerdo bajándose de la moto, con traje gris, camisa blanca y corbata verde, casco en mano, colocándose el flequillo (¡!).

Finalmente, Mrs.T. , vivo ejemplo de alguien que quiere salir de la “jaula de oro” pero nunca lo consigue. En varias ocasiones lo intentó, pero, abducida de nuevo, volvía a la jaula a seguir desempeñando su labor. Prácticamente nunca llegó a disfrutar de la jornada reducida que le reconocía la ley, probablemente por ser víctima de su propia autoexigencia y profesionalidad. Siempre intentó reducir la máquina, conciliar su vida personal con la laboral, incluso en una ocasión casi firmó la dimisión. Pero no lo ha conseguido. Se pasó de la práctica al departamento de RRHH de la empresa en un intento de reducir la presión laboral, pero, una vez más no lo ha conseguido, y, además, cada vez volando más alto, con más responsabilidad y la misma dedicación. Deseo que le haya merecido la pena, después de todo. Una persona muy inteligente y dispuesta, la primera que empezó a enseñarme lo que era ese mundo en el que me aventuraba. La recuerdo conduciendo su pequeño coche blanco a toda mecha por la Castellana cuando salíamos de trabajar y nos dejaba en el metro de Ríos Rosas.

Cuando recuerdo estos años me vienen imágenes de situaciones vividas : revisar junto con Mrs. T. los resultados de la conversión de datos durante la puesta en marcha del nuevo sistema hasta bien entrada la noche, mis peleas con el “debugger” para depurar el código fuente de mis programas y teniendo cuando lo necesitaba a Mr. π sentado a mi lado, mi primera caña con un compañero de trabajo en la calle Santa Engracia donde pude empezar a convivir socialmente con ese nuevo mundo que me envolvía, las largas noches prolongadas en mi casa los primeros seis meses en AC para finalizar los planos y los presupuestos de mi proyecto fin de carrera ( que finalmente presenté en Junio del 92 ), mis primeras y horrorosas corbatas que aún conservo a modo testimonial ( en concreto la primera podría camuflarse perfectamente en las paredes pintadas de la sala más barroca del Palacio de Versalles ), las noches de verano en el Paseo del Prado cuando salía de trabajar y esperaba el autobús que me llevaba a casa ( y veía gente paseando feliz y relajada y yo ya empezaba a barruntar que me estaba perdiendo algo mientras prosperaba ), y tantas más.

Para finalizar, sobre este mi primer cliente, comentar que aprendí cosas de menor importancia pero en ocasiones cruciales, como la importancia de revisar las papeleras para contrarrestar un ataque en una reunión con el cliente, o lo relevante que es manejar bien la relación política con los puestos clave de la empresa cliente y tener bien claro quién es el comprador técnico, quién el comprador económico y quién el comprador político. También cómo puede llegar a interferir tu vida personal ( y tus relaciones personales ) con la relación con el cliente, sobre todo si inicias una relación afectiva con algún empleado que trabaja en la empresa para la que trabajas, relación que genera susceptibilidades entre las altas esferas por miedo al tráfico de información importante que pudiera producirse y que, por tener esa relación, tus jefes te imponen una pena que has de cumplir ( congelación de carrera un año ) irremediablemente. ( No hablo de mi, que conste ).

También fue en este cliente donde me ofrecieron el primer fichaje para quedarme trabajando con ellos, como suele ocurrir al finalizar un gran proyecto : el cliente siempre quiere fichar a algún consultor para que continúe como responsable de la solución que ellos ( los consultores ) han puesto en marcha en la empresa ( quién mejor que alguien que se ha batido el cobre y se ha dejado la piel en ello ). Pero dije que no. Todavía era muy pronto y tenía muchos peldaños por delante. De todas formas, siempre quedé agradecido a Pepe por su ofrecimiento y su confianza y afecto hacia ese joven consultor, o sea, yo en aquel tiempo.

Cuando salí de este cliente ( sólo regresé muy puntualmente en una ocasión años después, para ayudarles a preparar un propuesta de servicios profesionales en inglés para un concurso al que se presentaban, con afán de diversificar su negocio. Creo recordar que, al final, no se lo concedieron ) ya era Semisenior y había aumentado mi sueldo más de un 50%. Ya podía dejar de vivir en piso compartido, y me mudé a vivir de alquiler sólo a un apartamento y hasta me compré mi primer coche ( de segunda mano, eso sí ). Recuerdo que, por las mañanas, al despertarme, con los ojos legañosos podía ver al fondo, por el ventanal del salón, la parte superior de la Torre Picasso, y mis primeros pensamientos siempre iban dedicados a ella mientras me desperezaba ( que cada uno lo interprete como lo entienda ).

12 - Mi primer cliente : entre aviones y obras de arte ( I )

Tal día y a tal hora vespertina fui citado en un edificio cerca del Museo del Prado donde conocí a mis futuros compañeros y jefes. Buena parte de ellos continuarían siendo mis jefes a lo largo de todos los años que tenía por delante en AC. Alguno, hoy en día, sigue siendo amigo.

Este cliente pertenecía al sector de la distribución y el proyecto consistía en desarrollar un sistema comercial y logístico que diera cobertura a su actividad comercial ( compras, almacenes, gestión de inventarios, pedidos de tiendas, entrega en tiendas, gestión de tiendas, etc…. ).

Cuando llegué ya se habían superado las etapas de Plan de Sistemas y Diseño Conceptual y se estaba en pleno Diseño Funcional y Diseño Técnico. Como parte de ese diseño se estaba preparando un prototipo del sistema en Design/1 ( un sofisticado flujo de ventanas de cartón piedra que simulaba las conversaciones del futuro sistema, llegando a un importante nivel de detalle, como paso de datos ( falsos, claro ) entre pantallas y hasta validaciones de pantalla y de campo ). No sé si alguno trabajó con esta herramienta de AC, pero se llegaba a ser un maestro en ella, pintando pantallas, que si @_____@, que si #____#, que si F2, F3, F4, F10, etc…..

Aunque al principio se propuso implantar un ERP propio de la firma ( el famoso DIS, primo hermano del FICOS ) finalmente el cliente optó por un desarrollo a medida ( customizado, menudo palabro ).

La empresa tenía la tópica mentalidad de empresa pública y disponía de un departamento de sistemas con sus propios programadores y analistas. A las 18h dicho departamento se quedaba vacío, no importa que algún END-IF quedara sin poner o algún bucle sin cerrar, algo que me parece muy respetable, pero que no dejaba de contrastar con mi jornada laboral. También es cierto que en esas horas era mucho más productivo, sin nadie del cliente alrededor y una vez digeridos la fabada y el chuletón : fue en este primer proyecto donde aprendí que no es bueno atiborrarse de fabada y chuletón en el menú del día del bar más próximo al cliente si luego te quedan otras 7 horas más de curro por la tarde ( recuerdo días que iba dando cabezazos por los pasillos cayéndome de sueño, sobre todo en tardes de verano en las que el sopor colaboraba para inutilizarte como empleado ).

Me incorporé en sustitución de una chica que había decidido casarse, irse a vivir a Portugal y dejar de ser consultora para convertirse en ama de casa ( buena decisión, sin duda ). Era el único pitufo del equipo y por encima tenía a una Semisenior, a dos Senior y a una Senior casi gerente, además de un socio. Vamos, que era el chico-para-todo, como corresponde. Mis funciones asignadas al principio eran según recuerdo a vuelapluma : revisar documentación generada en el proyecto ( revisión sintáctica y ortográfica, asegurar consistencia entre los documentos revisando todas las referencias cruzadas que había generado el Design/1, comprobar que todos los D710 mencionados en los D072 estaban documentados, comprobar que todos los D072 del modelo de datos estaban documentados ), leerme los cuadernos de carga ( diseño detallado de un programa que emplea el programador para programar ) para familiarizarme con el nuevo sistema, y, por supuesto, hacerme íntimo amigo de la fotocopiadora, del fax y de la encuadernadora. Además, como corresponde a todo pitufo diligente, llevar el control económico del proyecto en colaboración con el Senior.

En esta primera etapa aprendí mucho de todo, como una esponja : metodología de desarrollo de sistemas, manejo de herramientas corporativas, primera aproximación a áreas funcionales comerciales y logísticas, primeros acercamientos al trato con el cliente, cultura corporativa de la firma. Aprendí también lo que era el “overtime”, el cultural y el no cultural, y la importancia de rellenar y enviar tu TR a tiempo si no querías que te echaran una bronca en forma de papelito en tu PF. Trabajé mucho ( no tanto como futuros años venideros me tenían reservado, ni mucho menos ) pero también me divertí mucho y, lo más importante, hice mis primeros amigos en la firma.

Cuando finalizó el Diseño Detallado y se comenzó a abordar la Instalación propiamente dicha ( programación, pruebas, conversión, formación, puesta en marcha, etc… ) me apuntaron a un curso de 1 mes para aprender a programar en el lenguaje y en la base de datos elegida ( un entorno muy “natural” que a mí me recordaba al bálsamo de fierabrás de El Quijote ). Así que iba a ser un programador del equipo. Bueno, en realidad iba a ser “el programador” por parte de AC ( aunque más adelante se incorporarían más ) junto con el resto de los programadores que aportaba el cliente ( un corderito en una manada de lobos, con todo mi cariño ). Mi primer programa me costó más del doble del previsto en horas que tenía asignado. El segundo por el estilo. Pero poco a poco fui mejorando la curva de productividad hasta convertirme en un programador aceptable ( se hacía un seguimiento de productividades por programador ). El programa de “Ajuste de inventario” todavía llevará mi nombre si se edita el fuente.

Y digo todavía porque todavía sigue en vigor el sistema que desarrollamos. No he conocido un desarrollo que se haya amortizado más ( más de quince años en uso en la empresa ), con todo su correctivo y su evolutivo que lógicamente se le habrá incorporado, pero todavía en uso. Aunque cambiaran el interface para hacerlo más GUI y más “friendly” y más WYSIWYG, pero todavía en uso ( madre mía, cuánta jerga ).

Fueron pasando los meses y los años (en concreto 2 años y 2 semanas ) en este cliente y sucesivamente fui incorporándome a nuevas etapas y nuevos proyectos : tras la puesta en marcha y el arranque del sistema ( el “roll-out” ) pasamos a la formación a los usuarios, al desarrollo de los manuales de usuario, al soporte al arranque, al correctivo inmediato ( los SIRS – formulario para informar de errores técnicos o funcionales en un programa para aplicar el correctivo necesario - llovían día a día y, adecuadamente priorizados, había que darles salida ).

Posteriormente me encargué de todo el recorrido metodológico ( desde el diseño hasta la puesta en marcha ) de un sistema de gestión de backoffice en las tiendas, tras cuya puesta en marcha tuve que dedicarme a dar la formación oportuna ( en esta etapa fue donde me fui unas seis semanas al noroeste de España a dar formación a una Jefa de Tienda - una tienda con huevos en las cornisas del edificio - y durante la cual viví una de las épocas doradas de mi paso por AC, que ya comenté cuando hablé de lo que era el TR en la entrada de “Glosario(I)” ).

Luego realicé el diseño detallado, la codificación y pruebas unitaria e integrada de un módulo de conformación de facturas ( ése donde mi senior me llamaba “El Marqués”, que igualmente comenté en el mismo lugar ): aquí aprendí que a veces para una empresa es más costoso conformar sus facturas hasta el último detalle que pagarlas aun sabiendo que estarán pagando de más ( las famosas tolerancias en cantidad y en precio ), o de menos, claro. Por ello automatizar este proceso de conformación poniendo a pelear albaranes y facturas en “batch” ( je je, hacía tiempo que no escribía esta palabra ) para detectar incidencias es aportar valor añadido ( jeje ).

martes, 18 de marzo de 2008

11 - Mi primera asignación : mi primer cameo

Tras incorporarme a la firma, mi primera asignación fue la de muchos ( sólo unos pocos iban directamente del curso SFC a un proyecto ): el staff, ( para otros denominado también “la pradera”, si bien yo no conocía esa denominación, probablemente fue creada posteriormente a mi paso por este lugar ). ( En Vida de un consultor tenéis una entrada donde se define bien este concepto, coincidiendo en muchos puntos con cómo lo recuerdo yo ).

El staff era esa sala amplia donde esperabas a que te asignaran a algún proyecto ( a algún job, cuenta de cargo asociada a un proyecto ). Formabas parte del pool de pitufos deseosos de demostrar sus capacidades. De vez en cuando pasaban frente a ti por un pasillo los gerentes y los seniors y te miraban, al menos así me parecía a mí, con conmiseración. En alguna ocasión entraba alguien que, por sus canas y sus ojeras, sabías que no era pitufo recién incorporado y se dirigía al azar a alguno de nosotros diciendo : “¿Tú estás haciendo algo?”. El elegido respondía "no" tímidamente adivinando, por algún sistema detector genéticamente incluido en su cuerpo de consultor, que un marrón rondaba dando círculos en el aire. Y entonces te largaban una presentación para que le hicieras el calling ( ver entrada "Glosario de términos del consultor (I)"), o para que hicieras unas fotocopias, o cualquier tarea de poco valor añadido pero que ahorraba un tiempo importante al proyecto en cuestión. Por supuesto, como era cuestión de sólo unas horas, ni se te ocurría pedir la cuenta del job para rellenar tu TR (ver igual entrada anteriormente mencionada ) de la quincena. Se supone que si estás en el staff estás cargando a la cuenta de formación porque has pedido material de estudio ( units ) al departamento de formación y te dedicas a empollar que las bases de datos son jerárquicas, relacionales, etc… o lo que es la “cuarta forma normal de Boyce-Codd” o cuáles son las reglas fundamentales de la normalización de una base de datos ( recuerdo que me leí bastantes units de esto ). De alguna forma éramos un mercado de recursos de libre asignación ( la imagen de las gacelas y los depredadores de Vida de un consultor, es genial ), disponibles para cualquiera que, con mayor categoría que la tuya, necesitara tu ayuda. Lo bueno que tenía estar en el staff y más siendo un completo desconocido para los jefes, es que a las 19h desfilabas como un señor por la puerta camino a tu casa mientras los senior y gerentes pringaban. Esa época dorada sin “overtime” duraba siempre muy poco.

Empleando el término que se lee en el mencionado Vida de un consultor, el “staff” era un ecosistema curioso donde además de los pitufillos recién incorporados podías encontrar otro tipo de especímenes : el que había acabado un proyecto y que no se le veía desde hace mucho tiempo por la oficina y está en espera de nueva asignación o el que le han colgado la etiqueta de “pending termination” ( es decir que está colgando del “out” del letrero de la firma “up or out” ) y está arrastrando su alma por la oficina el tiempo que necesita para mandar CV y buscar trabajo.

Lo bueno del staff ( aparte de permitirte cumplir muchas veces sólo con tu horario ) es que nadie controla si te tomas dos horas de comida ( eso sí, como alguien intente localizarte por megafonía y no te encuentre ya puedes ir preparando una explicación ), que te permite comenzar las primeras relaciones de sociabilización corporativa con tus compañeros ( a algunos no volverás a verlos nunca más a pesar de seguir en la firma ) y que te permite “nanear” dejando pasar el tiempo sin hacer nada, si una tarde no te apetece trabajar mucho.

Lo malo ( aparte de los MVNI, marrones volantes no identificados ) es que había días con tanto desasignado que no encontrabas hueco para sentarte y o bien mendigabas un despacho de algún gerente que estaba fuera de la oficina o buscabas alguna sala que estuviera libre ese día ( pidiendo siempre los oportunos permisos ). También llevar mucho tiempo en el “staff” no era buena señal, porque significaba que ningún proyecto buscaba un recurso como tú, y eso podía ser preocupante para un pitufo recién incorporado y mucho más para alguien con algunos años en la firma ( ya te conocen y no te llaman, eso sí que es preocupante ). Adicionalmente, si pasabas mucho tiempo en el “staff” no había base suficiente para evaluarte y tu promoción y subida salarial anual podía verse afectada seriamente, y eso también es preocupante. ( Me refiero a que tú estuvieras mucho tiempo desasignado y tus compañeros no. Otra cuestión es que no hubiera muchos proyectos en curso y la gente tuviera que estar así, pero eso yo no lo conocí, durante esos años la firma crecía con dos dígitos todos los años, y ahora creo que sigue haciéndolo ).

Pasados unos días ( no recuerdo bien cuántos ) me dieron mi primera asignación con job. Otro compañero y yo íbamos a ayudar a un senior que estaba desarrollando un estudio Delphi de la logística en España en la década de los 90. Sonaba bien, desde luego. La realidad se impuso cuando nos explicó que lo que teníamos que hacer es traspasar a una hoja de cálculo en Lotus las X de los cuestionarios que se habían recibido por parte de los participantes en el estudio, paso previo requerido para tratar automatizadamente las encuestas y generar los resultados que en forma de tablas y gráficos iban a conformar el documento final en papel. Ironías aparte, la asignación fue muy interesante aunque nuestro trabajo lo podría haber hecho un chimpancé con algo de entrenamiento ( los chimpancés son muy listos ) : aprendimos a familiarizarnos con la terminología de la Logística y del sector de la distribución, aprendimos también qué es y cómo se elabora un estudio por la técnica Delphi ( algo nos sonaba de la universidad ) y sobre todo aprendimos a manejar el Lotus ( el Excel por aquella época quedaba muy lejos todavía , era la era, valga la redundancia, del Lotus y el Wordperfect ). Además, el senior era un tío muy majo y nos sentimos muy bien trabajando con él ( lo único que en el documento editado sólo aparecen como autores el socio, el gerente y el senior, y nosotros no, cuando, aunque con poco “valor añadido” algo hicimos, jeje ).

Fue sólo una semana trabajando, pero, revisando mis notas de aquella época ( lo apuntaba todo ) veo que tengo manuscrito : “horas reales = 9x2+12+11+6 = 47h ( en el T/R : 31 horas )”, tal cual, no me lo invento : "overtime" en estado puro.

Años después ese nuestro primer senior me lo encontraría en un cliente siendo él parte del mismo ( se había pasado al otro lado ) liderando un proyecto en el que aprendí muchísimo y que a su momento relataré.

Así fueron pasando mis primeras semanas en AC hasta que me asignaron a mi primer gran cliente ( to be continued ).

10 - Los tópicos verdaderos y falsos de la consultoría

Desde antes de firmar el contrato, mis compañeros de universidad ya comenzaron a “informarme” sobre lo que era AC ( tal era la leyenda negra que ya arrastraba en esos días ) y en general sobre las consultoras. Luego, ya en la firma, continué escuchando tópicos. Estos son los que recuerdo por ahora, seguro que hay más :

- Pagan muy mal, trabajo basura : FALSO - cuando se pagan salarios de 600 euros mensuales a titulados superiores hoy en día, que te paguen 24.000€ brutos anuales al entrar ( creo que es lo que pagan ahora ), no es precisamente un mal sueldo para alguien que empieza. Adicionalmente, las subidas son considerables y muy por encima de la media del mercado. Además, pagan religiosa y puntualmente, contrato indefinido, etc... Por todas las razones que cuento en este blog, cualquier cosa menos trabajo basura. Es más, varios meses después de dejar la firma me llamaron para confirmar mi cuenta bancaria y así poder ingresarme el importe que me correspondía por mis eUnits acumuladas ( una especie de acciones internas que comenzaron a repartirse entre los gerentes y los seniors con valoración monetaria interna, antes de la salida a bolsa, momento en el que las units se convirtieron en acciones para los empleados ), y el importe no era nada despreciable, os puedo asegurar. Este tema de eUnits era algo interno, no contractual ni consolidado en tu salario, y me lo pagaron escrupulosamente. Vamos, más profesionales no se puede ser.

- Competitividad y trepas : FALSO – este tópico lo escuché incluso antes de empezar a trabajar en AC. “Ya verás, son unos lobos, todos compitiendo y dándose dentelladas por subir”. Durante mi paso por AC, en contadas ocasiones tuve la sensación de que me estaban haciendo la cama, pisándome el cuello o pegándome puñaladas por la espalda. Igual es que soy un ingenuo, pero yo no percibí situaciones así. No digo que no las haya, pero serán una minoría. ( Luego, ya de director de TI, sí que percibí situaciones así y entonces fue cuando tuve que aprender a torear en serio ).

Otra cosa es que en las altas esferas sí sean más frecuentes. Lo desconozco pero lo puedo imaginar. Pero al igual que en todas las altas esferas.

Igual es que se cumple eso de “Dios los cría y ellos se juntan” y, como yo no soy así, pues ni vi competitividad ( ambición sí, pero eso es otra cosa ) ni vi trepas subiéndome por la espalda.

- No aprendes nada ( también se oye el tópico de que "se aprende mucho" ): FALSO. Aprendes muchísimo, además es que no te queda otro remedio. Desde los más sutiles conocimientos funcionales de sectores concretos de la empresa hasta cómo manejar un fax, una fotocopiadora y una encuadernadora al mismo tiempo ( Nacho Cano’s approach ). Se me ocurre pensar que las impresoras multifunción las inventó un consultor.

- Te explotan : DEPENDE. Esto es una sensación personal de cada uno, la de sentirse explotado. Lo que queda claro es que nadie te engaña y que las reglas del juego están muy claritas desde el principio. Sabes que vas a deslomarte echando horas, que pueden mandarte de aquí para allá por todos los sitios del mundo, que vas a hacer fotocopias y revisiones ortográficas de presentaciones los primeros meses ( o años incluso ), que vas a programar ( programadores a 50 y 100 euros la hora nada más y nada menos ). Pero nadie te engaña. Yo no me sentí explotado. Otra cosa muy distinta es que pensara que me estaba perdiendo lo más importante de mi vida ( vivirla ) mientras progresaba profesionalmente y ganaba cada vez más dinero.

- Son una secta ( no es habitual este tópico, pero me lo han dicho ): HOMBRE, NO!!!!!! Aunque cuando comienzas a ver la película “La tapadera” ( The firm ) pueda recordártelo, no, no lo son. Y esos tintes de secta que algunos podrían aducir hacia los consultores ( arturitos de traje azul y rictus serio ), cada vez lo son menos. Según me cuentan, cada vez son más abiertos, menos estrictos, más plurales, más globales ( bueno, esto siempre lo han sido ).

- Te venden como experto cuando eres un profano : eso sí que ocurre a veces. Te mandan a un cliente como experto en EDI ( término ya en desuso, supongo ) y lo más que has hecho es leerte una presentación la noche de antes. Pero como eres un consultor-esponja te las apañas bien para ponerte al día poco a poco. Sobre este tema podría hablaros de mi viaje a Tel Aviv, pero lo dejo si acaso para otro día.

- Alta rotación de personal, te despiden a la primera de cambio : VERDADERO en cuanto a lo primero. FALSO en cuanto a lo segundo. La rotación también es voluntaria, la gente emplea la empresa como trampolín, conocedora del enriquecimiento curricular que le aporta estar unos añitos en ella. También es forzada, por supuesto. Pero en ese caso, pocos casos he conocido yo donde “te echen” sin más. Normalmente, más que echarte te buscaban trabajo en otro sitio, por razones simbióticas ( networking ), como ya he comentado antes, facilitándote muchas veces la búsqueda. Además, casi siempre es un cambio a mejor ( más sueldo, menos horario ), aunque renuncias definitivamente a ser socio. Recuerdo un caso extremo donde la persona fue avisada con varios meses de antelación de su fecha de salida, se le facilitaron contactos y entrevistas para nuevos empleos, se le permitió abierta y clarísimamente dedicarse a enviar su CV en horas de oficina delante de todo el mundo, pagándole religiosamente su sueldo todo ese tiempo, por hacer poco ( de vez en cuando le daban una presentación para que le hiciera el “calling” y poco más ). Eso no es de ser negreros y explotadores precisamente.

Glosario de términos del consultor ( I ) : Overtime, T-R, PF, Staff y Calling

Abro una sección nueva que iré incorporando por entregas, donde se definen y explican ( a veces detalladamente ) algunos términos que van surgiendo en este blog y que lectores ajenos al sector de la consultoría pueden desconocer. Los iré exponiendo agrupados casi al azar en distintas entregas.

Overtime : horas extras no pagadas. Se habla de overtime cultural cuando se realiza no por necesidad del proyecto sino porque no está bien visto que salgas de trabajar antes que tu jefe. Como el jefe también lo aplica y no sale antes que el suyo y así sucesivamente, pues basta con que el socio del proyecto aparezca a las 19h en el cliente, para que todo el mundo acabe saliendo a partir del momento en que el socio se vaya, en cadena y uno a uno, cumpliendo la jerarquía, de forma que el pitufo ( o la pitufa, no os enfadéis ) acaba en su casa a las 11.45h, donde le espera una cena fría y una novia ( o novio, no se enfade nadie ) o madre bastante mosqueadas.

Sólo en dos proyectos y de corta duración pude incurrir en las horas que me pagaban y nada más que ésas. Uno donde mi senior me llamaba “el marqués”, porque a las 19h desfilaba delante de él ( que se quedaba ) y le decía adiós ( este senior había realizado una estimación realista del proyecto, al menos de la parte que yo hacía, y además no aplicaba lo del overtime cultural, con lo cual, me dejó claro que si no había retrasos frente a lo previsto que me fuera a casa a mi hora, y así lo hice ). La otra ocasión fue porque estaba solo dando formación en el Ampurdán a una usuaria que tenía que recoger a su hija en el colegio antes de las 18h. Así que, como lo de dar formación a la pared no era muy productivo, pues entre 18h y 19h desfilaba como un señor a mi hotel para disfrutar del resto de la tarde y de la noche.

Todo lo demás, overtime, siempre, a todas horas, del cultural y del no cultural. El no cultural se producía por una consciente estimación a la baja de las horas necesarias para realizar los proyectos. Lo tengo que decir así de claro y ya lo detallaré en su momento. El cultural estaba institucionalizado para facilitar el no cultural ( era un key driver ).

Recuerdo con una sonrisa que desde el departamento de RRHH nos instaban con gran convicción a que en el T-R ( hoja donde se reflejaban las horas dedicadas por día y tarea para control económico del proyecto ) pusiéramos las horas reales que hacíamos para así recoger la realidad económica del proyecto. Pero una cosa era RRHH y otra tu socio, claro. Al final nadie se atrevía a meter nada distinto de 9-9-9-9-7 en los totales por día de la semana. La realidad podía ser 11-10-12-9-9-10-6 perfectamente.

Y esto tiene una doble lectura : por una parte no te iban a pagar nunca las horas extras. Por otra, no se permitía que el coste real del proyecto ( la tarifa interna de cada consultor según su categoría ) se reflejara en los balances económicos de los mismos para así garantizar las rentabilidades y, por tanto, la promoción del gerente y del socio. En realidad, la rentabilidad era correcta, porque como no te lo pagaban no suponía coste. Como mucho, el gasto de material adicional en que se incurría durante las horas extras ( folios, carpetas, minas del 0.9, canutillos, llamadas de teléfono para decir que ibas a llegar tarde, etc... ).

En cualquier caso, tampoco pretendo hacer una reivindicación sindicalista : son las reglas del juego, te las dejan bien claras desde el principio y nadie te engaña. Así que no me siento engañado, ni mucho menos, lo supe y lo acepté : existe el “overtime”. ¿Y en qué empresa o puesto de trabajo no existe con salarios por encima de la media?

T-R : Time Report. Famosísima hojita donde introducías las horas no reales sino las oficiales que habías dedicado cada día a tu cliente. Era fundamental mandarlo puntualmente a Administración y si no lo hacías te encontrabas una notita en tu PF reconviniéndote. Se acompañaba a veces del E-R ( expense report ) donde cargabas los taxis, los billetes de avión y demás que pagabas por tu cuenta para que te los abonaran convenientemente. Cuando comencé a trabajar se rellenaba a mano y se enviaba por valija interna a RRHH donde los grababan. Con el tiempo nos modernizamos y teníamos una aplicación ( el ARTES ) para rellenar el TR y enviarlo por valija. Luego se integró el ARTES con Lotus Notes para su envío electrónico a RRHH.

¡¡¡Qué tiempos aquellos!!!! Yo conservo todos mis T-Rs, al menos los manuscritos. Mirarlos es como cuando revisas tus primeros “cuadernos Rubio” con los que aprendías a escribir en el colegio y tus primeros dibujos cuando coloreabas osos que montaban en globo o patos que nadaban en un estanque.

En el formulario del T-R en la base había dos filas de casillas para introducir las horas extras : creo que no las empleé nunca.

La situación paradójica se creaba además cuando en los proyectos en los que estuve era obligado llevar un control de horas reales del proyecto, a efectos internos del mismo. En esas hojas se apuntaban las horas reales por tarea y día, pudiendo al final del proyecto concluir el esfuerzo real que ha sido necesario para acometerlo. En esas hojas sí se apuntaban números casi siempre de dos cifras. Al finalizar el proyecto podías comparar el “gap” ( otro término muy de consultor ) entre el previsto, el real y el T-R. Las diferencias existían, sin duda. A efectos de planificación de proyecto convenía analizar las diferencias entre el previsto y el real, para recibir “feedback” ( otro palabro consultoril ) de cara a futuras planificaciones.

La comparación entre el T-R y el real no servía para nada, salvo para mortificarte o reírte ( según te lo tomaras ).

PF : “Personal file” : carpetita con una etiqueta con tu nombre donde la firma se comunicaba internamente contigo dejándote papelitos ( IOC, o Interoffice Communication ) con la nueva estructura matricial de la firma para el año próximo, la organización de la fiesta de navidad, la “salida” de la firma de alguien y hasta ( y lo más importante ) tu nómina mensual y tu subida salarial del año ( a finales de agosto todos andábamos revoloteando por los PFs para conocer nuestra subida salarial, y si no estábamos en la oficina se lo encargábamos a alguien ). Cuando uno estaba el cliente y no pasaba por la oficina durante mucho tiempo, siempre se enviaba al pitufo del proyecto una vez a la semana a recoger los PFs de todos los miembros del equipo y regresaba al cliente como un cartero, repartiendo cartas y paquetes ( en alguna ocasión hasta el gerente traía los PFs de todos, pero eso era ya para nota ). Cuando ibas a la oficina por algún casual lo primero que hacías era ir a tu PF a ver si tenías algo interesante. Las carpetitas estaban situadas en armarios en el “staff” de cada competencia ( Procesos, Tecnología, Estrategia o Gestión del Cambio ). Por supuesto, para gerentes y socios no había PFs ( para algo está el despacho, o la mesa flotante que nos dieron a los gerentes cuando ya no había sitio para todos y, en ese caso, tu PF era una bandeja con tu nombre en la mesa de tu secretaria compartida ).

Staff : también conocido como “la pradera” ( link ). Tanto en Vida de un consultor como en la entrada “Mi primera asignación” se ofrece una descripción detallada de este término.

Calling ( y calling inteligente ) ( ni siquiera estoy seguro de que se escriba así, fue un término que me llegó siempre por cultura oral ) : revisión exhaustiva de un documento en busca de errores tanto ortográficos, como gramaticales o sintácticos. Lo realizas de forma repetida desde que entras en la firma, especialmente en los Informes de Progreso y en las propuestas y especialmente también cuando eres pitufo. Con el tiempo terminas desarrollando una habilidad especial para detectar fallos. Con la llegada de la ofimática avanzada y los correctores ortográficos en los procesadores de textos, esta labor se vio facilitada, si bien siempre había que hacerla. Una variante es el inteligente, que es cuando además de lo anterior haces una lectura comprensiva para aportar mejoras, detectar fallos de planteamiento, enfoque y estructura y, en definitiva, aportar “valor añadido” ( un término muy de consultor ).

jueves, 13 de marzo de 2008

¿Alguien recuerda el anuncio de los patitos?

Rebuscando entre mis papeles ( ya os dije que guardo todo ) he encontrado este recorte de prensa que igual alguno recordáis. Era un anuncio en prensa de AC buscando recién titulados para incorporarse a la compañía.

Recuerdo que yo ya estaba en proceso de selección ( ya lo he contado ) cuando salió este anuncio a una página en las páginas de empleo de varios periódicos el domingo 10 de noviembre de 1991.

Recuerdo que este anunció creó cierta polémica por lo agresivo que era tanto por la imagen como por el contenido del anuncio, que ahora transcribo.

"Te lo estamos poniendo fácil. O, por lo menos, tan fácil como nos lo pusieron en su día a cada uno de los que aquí estamos. Somos AC, la firma número uno de consultoría en España y en el mundo, y estamos buscando cerebros titulados superiores con arrojo suficiente para triunfar con nosotros.

Si eres como pensamos, si estás hecho de nuestra misma madera, ya intuirás qué pretendemos y lo que podemos darte. Pedimos lo que nos piden : Ser mejor que los mejores y mantenerlo a diario. Y damos en consecuncia. Igual que hacen nuestros clientes. Tu límite va a marcarlo tu capacidad de creación, tu capacidad de formación, tu capacidad de integración, tu capacidad de trabajo....

En menos palabras, tu límite lo pone el grado de tu propia eficacia. Por lo demás, no existe límite, no tienes límite, no tenemos límite. Cada día nos distanciamos más de nuestros competidores, cada vez aumentamos y diversificamos más la amplitud y la gama de nuestros servicios.... pero sin bajar el listón, sin dar paso ni cauce a medianías. Por eso te buscamos. Si tienes nuestra talla, nunca vas a estancarte ni a aburrirte. Eso te lo firmamos ya a priori.

Mantener el tipo

Tampoco vamos a engañarte. Aquí no basta con entrar, aquí hay que pasear por el alambre día tras día, seas socio o junior. Y más de uno se ha caído. También, eso es verdad, con una extraña forma de caerse, casi siempre en mullido : Poner en un currículum dos o tres años de AC abre un montón de puertas, más accesibles y no menos pagadas que la nuestra. Otros muchos cayeron hacia arriba, nos han sobrevolado y hoy forman parte de nuestros clientes. Tenemos ex de AC directores de multinacionales, presidentes o vicepresidentes de grandes compañías, altos cargos en la Administración o en las Finanzas... y etcétera, etcétera.

¿Y si lo consigues?

Pero, si de verdad eres un fuera de serie, tampoco tienes que asustarte más de lo necesario. Los que estamos aquí queda bien claro que hemos sobrevivido o, mejor, vivimos por encima y más a gusto que otras muy selectas minorías. Los socios, los propietarios únicos de AC, llevamos por lo menos once años de servicio en la Firma y hemos empezado como tú, con igual mérito y las mismas dudas. Los gerentes, alma mater de nuestra trayectoria, están ya como mínimo seis años con nosotros, y las promesas, los consultores senior, ya han pasado tres años en la brecha. No somos imposibles.

...... Si eres de los mejores, vas a aprender y a estar con los mejores. Atrévete a intentarlo. Porque, si lo consigues, ay, amigo, si puedes conseguirlo y mantenerlo, entonces......."


Más claro no se puede ser. Algo prepotente también, pero el objetivo era provocar. Y lo consiguió.

9 - Servicios generales : los departamentos clave del consultor

Un consultor sabio sabe que uno de los mandamientos que contribuyen a su éxito profesional es conocer muy bien y tener amigos o al menos tener relaciones cordiales con los siguientes departamentos de la empresa ( supongo que hoy en día se mantienen igual y espero que no olvide ninguno de los clave ) :

Gráficos : aunque muchas veces eres tú el que te curras los Power Point de las presentaciones, este departamento muchas otra veces las hace por ti y además mucho mejor que tú. Cuando el “deadline” para entregar la propuesta se acerca y la presentación está en manos de este departamento, que le den máxima prioridad depende de que el gerente o el socio hagan una llamada y también de que les caigas bien y no hayas sido borde ni displicente con ellos en otras ocasiones.

Archivo : igual que antes, necesitas 40 “binders” ( archivadores de anillas, para entendernos ) con sus separadores correspondientes más las tapas y portadas en bonito para encuadernar el documento final a entregar mañana al cliente y llegas a última hora a pedirlo a Archivo. Más te vale que seas un “tío enrollao” y les caigas bien, porque si no, te puedes ver en El Corte Inglés comprándolos y encuadernándolos hasta la madrugada ( y las tapas y portadas te las curras tú con papel y tijera ).

Correo interno y mensajería : que un documento vaya a tiempo a otra planta, a otro proyecto o a otra oficina depende de este departamento. Si no te llevas bien con ellos y les encargas que cierto sobre llegue mañana a la oficina de Bilbao, puede ocurrir que, por error, llegue a la de Singapur una semana después.

Reprografía : otro departamento clave para ti, ingenuo consultor, si no quieres saber lo que es fotocopiar 20 copias de un original en menos de una hora ( sabiendo además que la fotocopiadora se te va a atascar por obra y gracia de San Murphy bendito ).

Documentación : es como la biblioteca y te buscan documentación relacionada con cualquier tema. Te pueden ayudar mucho si sabes sacarles partido. Muchas veces cuando estás ante una pantalla en blanco y tienes que preparar algo sobre algún tema nuevo, puede venirte muy bien este departamento.

Secretarias : qué se puede decir del poder de las secretarias : “Avísame cuando llegue Pepe que tengo una cosa importantísima que contarle”, le dices a una secretaria a la que le echaste una bronca porque te derramó el café el día de antes. Ya puedes esperar, porque igual resulta que Pepe lleva tres días sin aparecer, a no ser que tú mismo te encargues de averiguarlo. Otra situación perversa puede ser : “Me ha entrado un virus o no sé qué en el ordenador y he perdido toda la presentación que tienes que tener mañana hecha” ( son las 18.55h y a la secretaria todavía le duele la yema del dedo índice por haber pulsado tan fuerte la tecla “Supr” ).

Hay que tener en cuenta el efecto sinérgico que generan estos departamentos al ir sus funciones encadenadas : recibir el borrador revisado de la presentación que el socio ha enviado a su secretaria para que te lo imprima ( secretaria ), preparar la presentación final ( Gráficos ), hacer las copias y encuadernarlos ( Archivo y Reprografía ), mandar los documentos por mensajero a tal sitio ( Mensajería ). Si toda esta sinergia se vuelve en tu contra, más vale que dispongas de suficiente lexatines e ir avisando que llegarás tarde a casa.

viernes, 7 de marzo de 2008

8 - La formación : ser participant o faculty en St. Charles ( "here starts the difference" )

Nota : esta entrada podría ser mucho más larga, por la cantidad de recuerdos y anécdotas que tengo, pero, intencionadamente, la reduzco, para no aburrir.

La formación en AC marcaba, en mi opinión, una diferencia importante frente a otras consultoras. Cada empleado tenía asignado un Plan de Formación de antemano ( “mainline”, creo que lo llamaban ) que trataba de cumplirse. Parte de esa formación se daba en España pero buena parte de ella se daba fuera, especialmente en St. Charles ( un pueblecito junto a Chicago ). Aquí tenéis un ejemplo de lo que eran los cursos en este centro :




El centro ahora se llama ahora Q Center y no tengo muy claro de quién depende o quiénes son sus propietarios.

La verdad es que cuando contabas a tu familia y amigos que te mandaran a Chicago, todos quedaban algo impresionados. Era casi como que te mandaban a la Luna ( yo soy un chico de provincias, y os aseguro, que la sensación era parecida ).

La primera vez que ibas a St. Charles te quedabas impressed ( como dicen ellos ) de las instalaciones que tenían allí montadas. El edificio, además de bonito, era enorme; los alrededores de película ( a mi me recordaban la escena primera de “El silencio de los corderos”, cuando Jodie Foster hace footing por el bosque ). Todo estaba muy bien organizado, todos las necesidades cubiertas ( gimnasio, biblioteca, pizzería, bar para juergas nocturnas conocido como “Social Center”, instalaciones deportivas y gimnasio, agencia de viajes y todo lo que os podáis imaginar ). Tenía hasta una tienda de souvenirs/supermercado que se llamaba “El mercado de Arturo”, así, tal cual, en español. Por tener tenía hasta servicio de microbuses ( shuttle ) y hasta un lago que en invierno se congelaba ( si hay un lugar donde más frío he pasado en mi vida, ése es Chicago, "the city of wind", con eso del "wind chill factor" los 20ºC bajo cero era algo habitual. La verdad es que siempre me tocó ir en invierno ). Nada más entrar, en el hall donde se encontraba la recepción del centro había un cartel anunciando : “Here starts the difference” ( toda una declaración de intenciones ).

Lo que peor se llevaba en el centro ( aparte del inglés ) es tener que desayunar a las 8 de la mañana y a las 12 estar ya almorzando para luego a las 18h cenar. Por eso muchas noches acabábamos en la pizzería a las 23h, empujados por la gazuza. Recuerdo mucha verdura cruda, muy poco pescado ( y nunca pescado con ojos, que les da mucho asco ), yogures de litro y medio y el típico café-aguachirri americano ( de hecho había un par de cafeteras exprés que pusieron tras una masiva demanda por parte de españoles e italianos, según me contaron ).

Me acuerdo de las extravagantes sesiones de "energizing", cuando a mitad de clase, todos con los trajes programando, entraba, por sorpresa ( aunque cuando oías en el techo los pisotones de los de la clase de arriba, ya sabías que se acercaba la hora ) una chica con mallas y calentadores y al grito de "stand up" nos ponía a hacer aerobic para desentumecer los músculos ( los americanos son así ).

Y recuerdo también el concepto TMR ( temporary meaningless relationship ), relaciones afectivo-amoroso-sexuales que inevitablemente surgían pero que oficialmente se desaconsejaban.

Yo lo pasé muy bien en estos cursos y abrí mi mente a otros mundos, que eso siempre es de agradecer. Los fines de semana previo y posterior a cada curso ( su duración solía ser múltiplo de semanas ) los dedicaba a viajar por todo el país, como la mayoría de los que iban. Cuando acababa el curso te quedaba algo de morriña, he de reconocerlo, pero siempre te hacía ilusión llevarte a casa unas fotografías con todos los asistentes al curso tras un fondo de hierba, con las banderas en alto al fondo y donde todos los americanos mostraban siempre su mejor sonrisa. Algunas fotografías eran de un grupo tan grande, que podías jugar con tus amigos cuando se las enseñabas a eso de "dónde-está-wally" para que te encontraran.

Uno podía acudir a St. Charles por dos razones principalmente : o ibas a recibir un curso ( participant ) o ibas como profesor a darlo ( faculty ). Yo fui faculty en 3 ocasiones, si no recuerdo mal ( lo cual me vino muy bien para mejorar notablemente mi nivel de inglés ), y las experiencias de serlo son inolvidables.

El tema del inglés para los españoles era agotador. Al final pasabas entre las clases y las charlas con los no españoles unas 12 horas diarias traduciendo inglés, lo cual, suponía un esfuerzo intelectual considerable. Entrabas en la cama con el cerebro ardiendo de tanto quemar glucosa. Menos mal que todo el curso estaba perfectamente documentado, y siempre lo de leer inglés se nos ha dado mucho mejor.

No voy a entrar a detallar los cursos que recibí ( Orientation, SFC, CAPS, SDS, SIS, DCV, etc... ) ni los que di, pero no puedo evitar comentar algunas anécdotas, la mayoría relacionas con las diferencias culturales entre los americanos y los españoles, y que puedo jurar sobre la Biblia que son ciertas. Ahí van.

El primer curso al que acudí como alumno ( el CAPS ) era la resolución de un caso práctico de programación en Cobol. En mi grupo nos asignaron a una chica americana que era “graduated in computer and sciences”, a la cual consideré inicialmente como nuestra tabla de salvación : era la que nos iba a resolver el código, que, según contaban, era complicado y tenía pequeñas trampas a resolver. Pues bien, lo más cerca de un ordenador que había estado esta chica era cuando sacaba dinero del ATM ( el cajero, vamos ). Así que tuvimos que recurrir a la picaresca española para resolver el caso. Recuerdo un par de noches encerrados en una habitación un grupo de unos ocho españoles con el código fuente para analizarlo y ver dónde fallaba no sé qué bucle que nos daba error al compilar ( no nos salía el Micky Mouse que tenía que salir en la pantalla si todo estaba correcto ). Por supuesto, estaba prohibido llevarse documentación a las habitaciones, pero ya sabéis cómo somos en este país.

Además para resolver el programa todos los españoles de la clase nos ayudábamos entre nosotros, independientemente de que fuéramos de distintos grupos ( en una clase había varios grupos ) y por supuesto lo hacíamos hablando en español. Como los profesores ( eran cinco por clase ) se olían que maquinábamos algo pero no se enteraban por hablar nosotros en español pues optaron por una medida práctica que una mañana al entrar en clase vimos escrita en la pizarra : “It is not allowed to speak Spanish during classtime”. No decían que sólo se hablara en inglés, sino que no se podía hablar en español. Tampoco prohibían el alemán, ni el chino, ni el francés ( los alumnos procedían de todas las partes del mundo ).

Una vez más la picaresca supo salir adelante. ¿Qué acento en inglés comprende mejor un español? ¿El americano, el británico, el escocés, el australiano o el de Vallecas? Teníais que vernos a los españoles de la clase hablando en inglés ( sin preocuparnos por hablarlo bien, sino pronunciándolo en eso, en español ) para continuar ayudándonos : “guiv mi de disqueision”, “de lup in de procedure division is rong”, etc.. y así con todo. Los profesores, una vez más, no daban crédito. Eso sí, al menos se consolaban pensando lo mal que hablábamos inglés.

Anécdotas sobre el tópico de la ignorancia cultural de los americanos tengo un buen puñado ( sin ánimo de convertir esto en un panfleto anti-yanki ) :

La de la chica americana que paseando con un casanova español a la luz de la luna con claras intenciones amatorias, le dijo a nuestro casanova : “what a wonderful moon!!! Do you have one like this in Spain?”. Esto me lo contó el casanova y lo doy por cierto, así que no penséis que exagero o miento.

La del concurso de Trivial Pursuit en inglés en una de las clases donde se preguntó : “Where was Ernest Hemingway born?”. Y un americano se lanzó raudo a contestar ( ya sabéis que los americanos participan muchísmo en clase siempre, aunque sea para decir lo mismo que acaba de decir otro cambiando un poco las palabras ) alzando su mano y dijo : “In Spain”.

La de un compañero faculty de la oficina de Chicago que me preguntó ( ya lo traduzco al español ) : "¿Cómo lleváis en España lo de ser un país musulmán?"

La de cuando el grupo de faculties ( yo lo era en ese curso ) nos fuimos a cenar juntos y propusieron en honor a mi ( el único español ) que fuéramos a un sitio de comida típica española y me llevaron a un restaurante mejicano.

La de una chica de la oficina de Boston que me preguntó si en España teníamos carreteras asfaltadas y agua corriente en todas las casas.

La de cuando al final de un curso les hice una presentación de mi país ( era habitual hacer presentaciones de países para mejorar la "culturilla general" ) y una de las partes la centré en explicarles que muchos de los lugares geográficos del suyo llevaban nombres españoles, a lo cual no daban crédito. Es más, uno incluso me dijo que eso no podía ser verdad cuando les descubrí que el nombre del conocido pueblecito en el estado de Texas que se llama Amarillo ( /amaerillou/, para ellos ) era una palabra española que significaba “yellow”.

La de un profesor americano que en la reunión de evaluación de los alumnos donde nos juntábamos todos los profesores, comentó ( sin malicia alguna, en ningún caso ) en relación con un alumno español que tenía dificultades intelectuales básicas para entender lo que se le decía ( “retarded” era el término que empleó, que era tonto, vamos ), cuando en realidad lo que ocurría es que no tenía ni idea de inglés. Yo intervine para aclararle lo que ocurría pero se lo expliqué en español y además hablando muy rápido. Luego le pregunté si se había enterado de algo y me dijo que no porque le había hablado en español. Entonces le respondí : eso mismo le ocurre a ese chico. Dáselo por escrito y verás como te comprende perfectamente. Además recuerdo que insistí en una cosa : cuando un español te pide que le repitas algo, no se trata de repetírselo con las mismas palabras y a la misma velocidad, lo que te está pidiendo es que vayas más despacio y procures emplear otras palabras.

Por último ( no quiero colapsar este blog ni a sus lectores ) tengo una anécdota buenísima que no me ocurrió a mi pero sí a un ex-compañero y amigo que seguro que lee esto y que tiene un excelente blog que algunos leéis. La recuerdo más o menos así : estando en clase le preguntaron a este ex-compañero si era verdad que en España todo el mundo sabía tocar la guitarra ( o quizá era torear, no estoy seguro ). Y él respondió que no era verdad en la misma medida que en Estados Unidos no todo el mundo era como Homer Simpson. Me estoy imaginando la cara del americano cuando oyó esto. No sé si el resto de la clase se rió. ( Igual mi recuerdo ha cambiado un poco la anécdota, que me corrija el aludido, pero la esencia era ésta ).

De todas formas, conocí también a americanos muy interesantes, cultos y preparados, que habían viajado fuera de su país y eran conscientes de que más allá de USA existen otros mundos, con otras lenguas y otras culturas. Recuerdo a un chico de Texas que me dejó sorprendido con las conversaciones que tenía con él ( en español, que lo hablaba aunque con acento mejicano, le había enseñado la chica que lo cuidaba de pequeño ).

Además, los americanos también tienen su puntito de autocrítica. Fue un americano el que nos contó el siguiente chiste : “¿cómo se dice cuando una persona habla 3 idiomas?, trilingüe, ¿y cuando habla 2?, bilingüe, ¿y cuando habla sólo 1?, americano”.

7- Qué es ser consultor

Esta sí que es una pregunta complicada y una definición difícil de dar, al menos de forma divulgativa y que sea fácil de entender por la gente de la calle. ¿Qué es ser consultor?

Recuerdo ( os habrá pasado a muchos ) tener que contestarla a mi familia y amigos cuando me preguntaban : "¿en qué trabajas? – soy consultor - ¿y eso qué es?"

Entonces te quedabas congelado tratando de elaborar una respuesta que ni siquiera tú mismo tenías preparada. La cuestión es que, con unos meses ya trabajando en la firma ( importante palabra, “la firma”, que me recuerda a la película del mismo nombre ), tenías ya una idea más o menos centrada de lo que era ser consultor. Pero de ahí a expresarlo con palabras y además que te entendieran : "pues analizamos y optimizamos los procesos de las compañías" ( suena la sirena, error!!!! ), "ayudamos a las empresas a mejorar" ( suena la sirena, error!!!! ), "diseñamos e instalamos sistemas de información" ( suena la sirena a más volumen, ERROR!!!! ), ( las caras de tus amigos o familiares siguen encajadas de tanta perplejidad ).......... piensa, piensa, piensa, algo que entiendan bien...... : "cosas de informática". Las caras se descongelan : “ahhh, vale, o sea que sois programadores”. Pues sí, más o menos, respondes tú. Y la verdad es que razón no les falta : ¿cuántos de vosotros no os habéis tirado entre 2 y 4 años programando y os sentís identificados con el título de chico de sistemas? ( ¡cuando digo chico, incluyo chica, lo que ocurre es que lo políticamente correcto me provoca un sarpullido.......!!!!! )

Entonces, ¿qué es ser consultor? Desde luego es algo que no se enseña en la universidad, aunque ya iba siendo hora, la verdad.

Se me ocurren varias definiciones ( que pueden entenderse también como modalidades de consultor ) que no pretenden ser muy académicas, y, además, puede haber muchas más :

1.- Consultor es alguien que genera papel y software para sus clientes : en mis 8 años como consultor no generé otra cosa sino papel ( informes de progreso, manuales de usuario, diseños conceptuales, planes de sistemas, planes de conversión, redefinición de la fuerza de ventas, modelo conceptual de la logística integral, etc... ) y software ( en disquetes, en cds, en cintas, compilaciones en los servidores, etc... ).

2.- Consultor es el médico de las empresas : esta definición es bien conocida, pero es un simil acertado : auscultamos, tomamos el pulso, medimos la fiebre, reconocemos, diagnosticamos y prescribimos un tratamiento. El problema es que también, al igual que puede ocurrir con la práctica médica, provocamos yatrogenia y la cagamos, para hablar en plata.

3.- Consultor es el gran organizador e integrador de los elementos ( información, sistemas, conocimientos funcionales, etc.... ) de la empresa : Esta definición me gusta más. Nosotros llegamos y no tenemos mucha idea del negocio de nuestro cliente ( o sí ), pero sabemos preguntar ( análisis de requerimientos ) y uno a uno nos van contando su parcela ( orientación a procesos versus orientación por funciones ), tomamos nota y lo pasamos todo a Word-Excel-PowerPoint ( bueno, cuando yo empecé se empleaba el Design/1, ¿lo recordáis algunos? ) para generar uno de nuestros primeros “deliverables”. Con todo ese batiburrillo de información nos dedicamos a componer un nuevo puzzle del cual se puede obtener un nuevo modelo organizativo, un plan de sistemas, un diagnóstico de la estructura de costes, etc.... El cliente conoce mucho mejor que nosotros su negocio, pero cada uno su trozo. Nosotros les ayudamos a componer su futuro, su “big picture” ( y de paso aprendemos el negocio ). Nuestras ventajas para hacer esto : capacidad analítica para descomponer un problema en pequeños trozos y analizarlos uno a uno para luego generar una solución que los integre eficaz y eficientemente y sobre todo una gran ventaja que aporta al consultor y que el cliente no tiene : la perspectiva externa e imparcial y la visión de conjunto. Desde fuera las cosas se ven de otra forma. Además, nos podemos acercar o alejar más, somos multizoom, parecido a lo que hacemos con el Google Earth cuando nos dedicamos a viajar por el mundo o a buscar nuestra casa de la sierra.

4.- Consultor como representante-vendedor de soluciones ( tipo vendedor de Thermomix ) : aparece un señor y te saca el catálogo de productos y tú eliges el que más te gusta : un EIS, un DSS, un ERP ( pero no lo “customices” mucho que lo rompes ), un CRM, un Call Center, una reorganización de la fuerza de ventas, una redefinición de tu modelo logístico, una implantación del Balance Scorecard, un B2C, un B2B, ....... y tantos otros productos que existen. El cliente saca un dedo tímido y señala : “quiero 1 kg. de este y cuarto y mitad del otro, ¿pero me harás una rebajita?”. Y el consultor contesta : “trato hecho, pero si además me compras un outsourcing por un año de todos tus sistemas te regalo el iJam”.


5.- Consultor hueco ( “hollow consultancy” ) : el que no aporta ideas, ni creatividad, ni soluciones, ni know-how, y tan sólo aporta “carne fresca” : “Dame 2 puñados de programadores, 1 de analistas y 2 becarios para picar datos. ¿A cuánto me sale el “mix”? ¡A 72 euros! No eso es mucho. Ponme sólo programadores junior, que ya les enseñaremos. Y un Jefe de Equipo al 20%, para charlar conmigo 1 día a la semana”. El famosísimo “bodyshopping” ( ¿a quién se le ocurriría el nombre? ), vamos, charcutería de mercado. Para mi esto no es consultoría, es un negocio anexo, una prestación tipo ETT pero en el sector de la informática. Que conste, que como negocio me parece bien. Si se demanda, alguien tiene que dar la prestación. Pero, para mi, no es consultoría, aunque muchos pretendan camuflarse bajo ese nombre.

Y una última definición ( o modalidad ) que en los blogs que frecuento se denomina “consultoría artesana” , en la que trabajan unos cuantos ex-compañeros míos y en la que yo estuve a punto de entrar a trabajar también.

Sea cual sea la mejor definición ( no habrá una que sea la mejor ), el consultor es un asesor de empresas que identifica problemas u oportunidades, propone soluciones y se asegura ( y hasta se compromete económicamente participando en los beneficios o en las pérdidas ) de la consecución de los resultados.

No obstante, me gustaría comentar la evolución de los clientes en relación con los consultores. Me explico, y esto es una percepción muy personal mía ( y sólo durante la época en la que trabajé en el sector, no sé cómo habrá evolucionado hoy en día ) : en los primeros tiempos de la consultoría los clientes estaban menos preparados, sabían menos, disponían de menos herramientas, para llevar sus negocios. En esa situación los consultores se encontraban con menos limitaciones a la hora de realizar su trabajo y el cliente se dejaba llevar más fácilmente. Esto suponía que el consultor podía ser más creativo, más libre; pero también podía dar lugar a abusos ( te vendo lo que no necesitas, te hago una chapuza y no te enteras, etc... ). Con el paso de los años, el perfil del cliente fue variando. Cada vez estaba más preparado, cualificado, conocía mejor los temas de gestión y de sistemas, manejaba más herramientas. Con esta nueva situación el consultor ya no es tan libre, ya no te llaman para preguntarte doctor-qué-me-pasa, sino para decirte me-pasa-esto-y-quiero-que-me-lo-soluciones. El cliente ahora es más listo, sabe manejar mucho mejor al consultor. Esto conlleva que las ventajas anteriores ahora sean inconvenientes y viceversa. ( Supongo que a esta nueva situación ha contribuido entre otras cosas el mayor número de titulados en los mandos intermedios de las empresas y también y no menos importante el gran número de exconsultores que ahora trabajan en ellas, según ya comenté hablando de “networking” ).





Bueno, no sé si ha quedado claro lo que es ser consultor. A mi, desde luego, no.

6 - Valoración global de mi paso por AC

Pasados ya algo menos de 8 años desde que dejé de ser consultor, dispongo de una buena perspectiva para valorar ( “big picture” ) mi paso por AC. El balance final es positivo sin ningún género de dudas.

Por supuesto tuvo sus cosas malas ( algunas muy malas ) pero también buenas ( algunas muy buenas ). Por tanto en ningún momento lo evoco como un pasado tenebroso y oscuro, sino, todo lo contrario, como una etapa de mi vida que me reforzó como persona en numerosos aspectos. Se podría adaptar un análisis SWOT ( o DAFO, para entendernos ) para valorar mi paso por AC.

Debilidades ( lo malo ) :

- El elevadísimo esfuerzo traducido en jornadas interminables de trabajo y fines de semana completos durante periodos de varios meses en las puntas de proyecto.
- El overtime cultural imperante.
- El pretender que la diferencia entre las horas necesarias para hacer un proyecto y las horas necesarias para que te lo compre el cliente, lo aporten los espinazos de los miembros de tu equipo “by the face”, a cuenta del overtime no pagado pero exigido ( "overtime no cultural" ).
- El tener que soportar a especimenes humanos ( los menos, afortunadamente ) repugnantes, dioses en su propio mundo de vanidad, inútiles con mucha labia y don de gentes, dictadores adictos al trabajo con tal de no ver a su mujer, etc....
- El impedirte saber que hay un mundo fuera de tu lugar de trabajo y que a las siete de la tarde de un jueves los parques se llenan de niños que juegan y hay pajaritos en los pinares.
- El haberme hecho aborrecer el traje ( esto ya para distendirme un poco ).

Fortalezas ( lo bueno ) :

- El haber conocido a grandes personas y personajes, algunos todavía amigos, con los que has convivido muchísimas horas y has compartido muchísimos momentos ( tanto tus compañeros como personas del cliente ). Algunas compañeras pasaban más horas conmigo que con sus maridos ( noches incluidas ).
- El haber mejorado notablemente mi nivel de inglés ( yo aprendí a hablar y entender el inglés en AC, hasta entonces sólo lo escribía y lo leía muy bien. Ya sabéis, ese inglés enlatado que todavía se enseña en este país ( haced una prueba : ¿a cuántos de vosotros os enseñaron en el colegio que la tercera persona del singular del verbo “to say” se pronuncia como el número seis y no como /ses/? ) donde eres matrícula de honor pero cuando te sueltan 4 semanas en Chicago te das cuenta de que no tienes ni idea de lo que te están diciendo y no te entienden cuando les hablas. ¡Que me lo den por escrito, por favor! ).
- El haber podido viajar a cuenta de AC aprovechando los cursos de formación en Chicago y otros destinos por clientes internacionales : he conocido las principales ciudades de EEUU ( Chicago ( cómo no ), Washington, Nueva York, Boston, Nueva Orleáns, Miami y San Francisco ) y otras como Lisboa, Ámsterdam y Tel Aviv.
- El haber reforzado mis aptitudes profesionales en cuanto a organización, pensamiento analítico, resolución metodológica de problemas ( no acometer el todo, sino sus trozos ), gestión de equipos, gestión de proyectos, conocimientos funcionales de sectores empresariales, conocimientos técnicos, etc.... aplicables a multitud de ámbitos de tu vida, incluso la personal.
- El haberme permitido llegar a donde estoy ahora gracias a la progresión profesional y salarial ya descrita ( igual hasta cuento dónde estoy hoy, ya veremos ) y a las circunstancias favorables de la vida.

Amenazas, tu vida personal y familiar :

- Mientras eres soltero, no es muy preocupante; pero con pareja ( e incluso con hijos ) la amenaza va creciendo. La de divorcio, me refiero. Conozco muchos casos de deterioro marital por cuestiones de interminables jornadas de trabajo.
- La jaula de oro ( o la centrifugadora ) : cada vez ganas más, cada vez gastas más, tu nivel de vida cada vez es mayor, con lo cual creas un círculo vicioso del que no puedes salir. Llega un momento que no puedes dejar de ganar 5.000 euros al mes porque no llegas ( es injusto e indecente decir esto, considerando los salarios medios del país, pero es una realidad, es la jaula de oro ).
- Convertirte en un prostituto y en un “soplapollas” es una gran amenaza.

Oportunidades, las perdidas :



Una clara oportunidad es haber podido cambiar de trabajo a mejor, en salario y horario, para además tener una visión global del proceso consultor-cliente, algo sumamente enriquecedor.

Siempre te planteas oportunidades perdidas. Siempre te imaginas en algún momento cómo sería tu vida ahora si fueras socio ( incluso siendo socio como los de ahora ), ganando 5 dígitos todos los meses y, sabiendo organizarte tu propio tiempo, pues ya eres más que nunca tu propio jefe en muchos aspectos y se espera de ti resultados y no esfuerzo, poder vivir medianamente bien ( a las 20h en casa, los viernes a las 15h, los fines de semana desde la blackberry, etc... ). En mi caso particular, esta situación imaginaria me dura 30 segundos. Os lo digo muy sinceramente, no renunciaría a la vida que tengo ahora mismo por ganar tanto dinero. Para mi no me merece la pena. Claro está, que he tardado unos años en tenerlo así de claro, y, sobre todo, en poder hacerlo. Pero estas son mis circunstancias. Cada cual que valore su situación y que trate de acomodar su destino. ( Además, siendo autocrítico, yo nunca hubiera valido para ser socio o director asociado, no estoy hecho de esa pasta, y mis jefes también lo sabían ).



En resumen : yo di mucho, pero recibí mucho también, y tengo que estar agradecido por haber tenido esta oportunidad. Y lo digo con total sinceridad, sin intención de quedar bien o ser políticamente correcto ( los que me conocen, saben que es así ).

5 - Carrera profesional

Uno de los grandes atractivos que te vendían cuando entrabas en una consultora era la “carrera profesional”, en adelante CP. Hoy en día casi todas las empresas han incorporado este concepto a su modelo de gestión.

La CP en AC seguía el modelo “up or out”, es decir, o subes o te vas a la p..ta calle ( con perdón ). Nada de especializaciones horizontales, ni de tener 40 años a una persona haciendo lo mismo ( me refiero sólo a lo que se llamaba “personal de la práctica”, es decir, consultores, no me refiero a los servicios centrales de administración y demás, claro ). O subías año a año o te invitaban a irte. Eso sí, te ibas dando un salto en el trampolín para situarte en un buen puesto de trabajo. De hecho, las consultoras siempre han tenido en la alta rotación de su personal una piedra angular y los empleados las usan como trampolín para saltar hacia la estratosfera ejecutiva ( no todos llegan allí, y se quedan en la troposfera, claro ). Yo pasé a ser Director de Sistemas tras 8 años de consultor y en el salto incrementé mi salario ( que ya se situaba por encima de la media del mercado ) un buen porcentaje tanto en el fijo como en el variable ( además de coche de empresa, gasolina sin límite, móvil sin límite y plaza de garaje y despacho ).

Para la empresa, esta alta rotación, aunque por una parte la combaten, por otra parte la ven como necesaria cuando el negocio de la consultoría se ralentiza ( en épocas de crisis, la consultoría es lo primero que se para, por eso constituyen un buen indicador de predicción de crisis ) y lo que se supone que tiene que ser una pirámide de personal se convierte en un botijo y hay que hacerle una liposucción. Adicionalmente, al colocar en el mercado a tus profesionales ( porque se van o porque los despiden ) crean una red ( auténtico “networking” ) de contactos en clientes potenciales que les facilita claramente el negocio, la promoción y la venta. Por eso, en AC no te despedían de un día para otro, sino que te avisaban con tiempo, te planificaban tu salida y en muchas ocasiones hasta te buscaban trabajo ( en esos clientes potenciales o clientes actuales con proyectos potenciales ). ( Bueno, si en un momento de crisis en un proyecto te lanzabas a la yugular de tu gerente y le arreabas dos h....tias, entonces te despedían al momento ).

Como he dicho, la estructura de personal es idealmente un pirámide. Por eso hay que ir soltando personal a medida que se sube en la CP ( “up or out” ) y constantemente se está incorporando gente nueva en la base ( los conocidos “pitufos” o “assistant” o “consultor junior” para ser políticamente correctos ). Al final no todos pueden llegar arriba y hay que seleccionar. La pirámide no es siempre la misma, y crece o decrece según la expansión en el mercado, lo que hace todavía más complicado la gestión del personal en cuanto a su rotación.

Para seleccionar se empleaban herramientas de evaluación de personal por proyectos ( ratings, o appraisals, creo que se llamaban también ) y cada año ( annuals ). Tras cada annual se te asignaba un numerito ( a modo de nota, valoraba cómo te habías portado y cómo veían tu potencial : 1+, 1, 2, 3 y 4, en mi época ) y con ello una subida salarial ( subidas impresionantes en muchos casos ) y una nueva categoría profesional de acuerdo con la CP. En algún momento tenías que abandonar la partida porque no te dejaban subir más ( o bien voluntariamente te ibas a recuperar la inversión ).

La CP era muy curiosa entonces ( hoy en día supongo que se mantiene parecida ). Comenzabas siendo un Audi y terminabas siendo un BMW de alta competición ( perdonad la chorrada que acabo de escribir ), antes de optar a ser socio. Me explico. Como pitufo eras un A3 y tu categoría en la empresa era de “staff” ( no confundir con el sitio físico también denominado “staff” y que las generaciones posteriores llamaban “la pradera” ) y tenías derecho a un “PF” ( una carpeta donde te dejaban correo interno en un armario del “staff” ). Luego pasabas a A4. Hasta ahí eras consultor ayudante. Luego pasabas a Jefe de Equipo o Senior ( como Senior ya te daban una balda en un armario para guardar tus cosas además del PF. En mi época se inventaron una nueva categoría previa al Senior, eras un nazi de las SS ( semisenior ) que luego llegó a durar hasta 2 años para alargar la CP ( SS1 y SS2 ), si bien los más “brillantes” podían saltarse esta categoría. Como Senior comenzabas como S1 y cada año S2, S3 y S4 ( éste último algunos se lo saltaban, lo más “brillantes” ) y de ahí pasabas a Gerente o Manager. Ya formabas parte del Executive Team. Ya eras alguien. Te asignaban un cacho de secretaria, unas tarjetas de empresa, una mesa, un portátil y un móvil. Comenzabas como gerente de M1, y seguías de año en año a M2, M3, M4 ( y hasta M5 cuando alargaban la CP ). Si conseguías superar la era manager ya te esperaba el cielo ( sólo reservado a unos pocos ). Te hacían socio de la firma ( con acciones internas a tu nombre ). Para alargar una vez más la CP se inventaron la figura del Director Asociado o DA, que en la práctica era una forma de retenerte un poco antes de hacerte socio ( o bien, de despedirte ) y en mis últimos años era una forma de especializarte como ejecutivo de por vida que nunca llegaría a ser socio. Hoy en día creo que la figura del DA ha desaparecido.

Existía también la categoría del “pitufo-gerente”, que era ése recién incorporado pero con ínfulas directivas que en vez de hacer las fotocopias te mandaba a ti ( que ya eras Senior, pero él no lo sabía ) para que las hicieras. Yo conocí a algunos, pero es muy fácil bajar los humos en esas circunstancias.

Cada subida de categoría llevaba pareja una subida salarial. Las subidas anuales no eran las mismas para todos, pues aunque dos personas subieran a la misma categoría no lo hacían con la misma evaluación y, por tanto, sus subidas podían diferir y a veces mucho.

Las subidas en AC era muy grandes comparadas con las medias del mercado laboral. En AC si te comunicaban un 7% de subida te cabreabas enormemente porque eso significaba que te estaban dando un toque de atención ( “necesita mejorar” ). Si no mejorabas, al año siguiente te podían dar un 0%, lo que era una invitación a que abandonaras la casa de Gran Hermano. Las subidas medias podían rondar el 12-15% cada año. Una cifra asombrosa, incluso hoy en día. Mis subidas medias hasta llegar a Gerente fueron del 13%. Cuando me hicieron gerente la subida fue del 62% ( en el fijo, adicionalmente un variable de 1.000.000 ptas. ). Es decir, que en 6 años pasé de 3M a 10M+1M. Hagan cálculos. Y yo no pertenecía al grupo de los “brillantes”. ( Al llegar a Gerente, todo el mundo igualaba sus sueldos y a partir de ahí volvían a diferenciarse en virtud de sucesivas evaluaciones).

Pero eso no es nada. El cielo verdadero ( en cuanto a dinero, al menos ) era cuando te hacían socio ( "sólo unos pocos serán los elegidos" ). Un socio de aquella época era dueño y señor de la empresa y en los mentideros de las salas de café se hablaba de que un socio nuevecito se podía levantar 100M ptas. al año sin despeinarse. Los antiguos mejor ni imaginárselo. Hoy en día la figura del socio ha cambiado bastante en Accenture. Ahora sólo ganarán la mitad, que no es poco. ( Pero todo esto es muy complicado y no voy a entrar en ello, la salida a Bolsa, el reforzamiento de BPM, el cambio del tipo de sociedad donde los socios son empleados muy bien remunerados pero no dueños al estilo antiguo, el crecimiento mundial de la empresa, etc... ).

Tras 2 años como gerente ( yo no llegué a ser un BMW ), cambié mi destino y me fui al otro lado de la barrera. Pero eso es otra historia.

Nota : hablo en pesetas porque hablo de esa época y no creo conveniente convertir a euros.

lunes, 3 de marzo de 2008

4- Proceso de selección

En AC el proceso de selección era ( y es, supongo, aunque Margarita García ya se ha jubilado; si bien espero que haya dejado buena escuela ) muy riguroso. Primero elegían los mejores expedientes de sólo determinadas carreras ( en el año que yo entré sólo buscaban Ingenierías Superiores, Licenciados en Informática y Licenciados en Económicas y Empresariales y quizá algunos Matemáticos ). Mejor expediente significaba no haber repetido ningún curso y tener una nota media de notable para arriba. Tras ese “screening” inicial de CVs te convocaban para realizar unos test ( los famosos psicotécnicos y unos de personalidad ) por los que seleccionaban determinado perfil de personas ( inteligencia abstracta, razonamiento, rapidez mental, atención al detalle, estabilidad emocional, proactividad, .... son algunos de los que se me ocurren ). Tras superar los tests venía una entrevista con el psicólogo ( la mía fue con un psicólogo cuyo nombre no recuerdo, que me pareció muy agradable ) y si todo era positivo pues pasabas a dos entrevistas finales con gerentes de la firma.

Uno de los gerentes ( un argentino afincado en España que luego me contaron que tuvo problemas con la justicia ) era la antítesis del otro ( un obeso bonachón que todo lo veía de color de rosa ). El argentino era frío, serio, adusto, directo y duro. Fue el que comenzó a revelarme la verdadera personalidad de AC, describiéndomela con tintes casi de secta. Entre otras cosas me dijo ( y lo digo literal porque se me quedó grabado en la memoria ) : “en esta empresa te vamos a extraer hasta la última gota de tu sangre” y “te vamos a enseñar a vestir, a comer y a comportarte”. No sé si respondía a una estrategia de poli-bueno-poli-malo lo de los dos gerentes tan dispares. En cualquier caso estas palabras no consiguieron amedrentarme. ( Años después yo realizaría labores de “recruiting” igual que estos gerentes, lo cual me supuso una experiencia muy gratificante que, a la vez, me liberaba de las tensiones de los proyectos que llevara en ese momento ).

Cuando regresé a mi casa por la tarde después de la segunda entrevista, ya tenía en el contestador un mensaje informándome que había sido seleccionado y que a primeros de año me llamarían.

Y así fue. Contrato indefinido con periodo de prueba de seis meses, 3.000.000 ptas brutos anuales en 14 pagas, 1 mes de vacaciones y 2 semanas adicionales más de vacaciones ( navidad y semana santa ) a cuenta de trabajar 1 hora más ( oficialmente, claro, de esto hay mucho para contar ) de lunes a jueves. Horario oficial : de 9 a 19 h de lunes a jueves con 1 hora para comer y de 8 a 14h los viernes. ( La realidad del horario, como ya podéis imaginar, fue otra bien distinta por razones varias : “overtime” cultural, ineficiente planificación consciente de los proyectos, reducción de costes para asegurar la rentabilidad de los proyectos, etc... De todo ello hablaremos ).

Aunque no figuraban en el contrato, pero se exigieron otras condiciones laborales : nada de tatuajes ni piercings ni melenas ni camisetas de Iron Maiden bajo la camisa de popelín, siempre con traje a trabajar ( salvo los sábados y domingos que se podía ir de “casual” ) y en colores oscuros ( azules y grises ) con corbata discreta, calcetines negros y camisas lisas. Por supuesto, nada de camisas de manga corta en verano. Con el tiempo, estas exigencias en el vestir fueron suavizándose y en mis últimos años se veía normal llevar trajes claros en verano, camisas a cuadraditos o rayas, corbatas a lo Carrascal y camisas de manga corta. Esto para los hombres. Para las mujeres había también un “dress code”, que regulaba la longitud de las faldas, prohibía los pantalones, condicionaba los colores ( siempre mucho azul ) y hasta los peinados. Igualmente para ellas, este se fue relajando con el tiempo y las exigencias se redujeron.

Recuerdo también otra recomendación ( exigencia encubierta ) : nada de llevarse el "tupper" de paella a la oficina. Éramos consultores, con un buen sueldo, y debíamos comer fuera en algún restaurante.

3 - 1992 : Nace un consultor

Pues así es. Tras estudiar la ingeniería de turno por motivos no vocacionales sino como forma de acceder al mercado laboral al que la vida nos arrastra de forma inexorable, a primeros de 1992 me incorporo a una de las grandes ( de hecho, la más grande ) de la consultoría : Andersen Consulting, en adelante AC. ( Para el que no lo sepa, durante un tiempo hubo y creo que sigue existiendo una página web que parodiaba a AC y era un foro de opinión y crítica a la empresa, pero de forma sana. Se llamaba Big Time Consulting. La página web todavía está y dispone hasta de “merchandising” específico. Actualmente el contenido que tiene son viñetas de cómic sobre situaciones del día a día del consultor-remero, otro término que aparecerá más adelante. Divertida y recomendable ).

Ahora llamada Accenture, en aquel tiempo estaba recién escindida en España de Arthur Andersen aunque a nivel “guorldguaild” eran el mismo grupo. Lo que 30 años atrás era un negocio de auditoría desarrolló una unidad de negocio dedicada a la consultoría que creció tanto que pasaba por encima de los auditores y terminó escindiéndose en una empresa distinta : AC. Arthur Andersen continuaba auditando, si bien volvió a crear de nuevo otro hijo consultor, llegando a competir ( pero sólo lo intentaba ) con AC. Esa filial consultora pasó a llamarse Bearing Point posteriormente y luego fue vendida a otra consultora y desapareció. La historia del nombre “Andersen” es muy interesante, pues fue objeto de arbitrajes y demandas millonarias entre unos y otros. Los auditores demandaban una pasta indecente a AC por utilizar la palabrita del escritor de cuentos. Un arbitraje internacional decidió que de pasta nada de nada ( creo que fue una cantidad ínfima frente a lo que los auditores demandaban ) pero que tenía que eliminar la palabrita del nombre de su empresa. Así fue como a finales de los 90 surgió el nuevo nombre : Accenture. Este nombre se eligió entre un concurso interno por el que los propios empleados de la firma en todo el mundo propusieron nombres, resultando elegido éste como el nuevo de la compañía. Creo recordar que Accenture significa “Accent on future” y que el hecho de que comenzara por “A” fue un factor importante para elegirlo ( por cuestiones de marketing y publicidad ). Tras ello, después de tanto pelear por el nombrecito dichoso, al que se le suponía un “goodwill” enorme y se consideraba un activo intangible valiosísimo como marca, en cuestión de meses consiguieron destruirlo y reducirlo a un “badwill” ( caso Enron y demás ). ¡Qué bien lo hicieron los consultores, consiguieron desprenderse justo a tiempo del marrón de ver devaluada su marca y además desprenderse de ella les supuso un reducido coste económico. Muchos socios consultores se secarían la frente de sudor desde las plantas 29, 30 y 31 de la Torre Picasso, cuando vieron que de repente “Andersen” no valía ya nada como nombre y que meses antes se habían desprendido de él.

El cómo llegué a Andersen fue porque ellos me buscaron. Ya en sexto de carrera y con el proyecto fin de carrera a medias me llegó una carta donde una empresa de consultoría ( ¿eso qué es? ) se me presentaba y me ofrecía que enviara mi CV para un próximo proceso de selección. Una cuestión curiosa e importante es cómo obtuvieron mis datos. La LORTAD tendría que decir mucho al respecto hoy en día, pero eran otros tiempos. Todo me hace pensar que de alguna forma disponían de información de estudiantes de último año, con nombre, apellidos y dirección al menos ( me llegó una carta a mi domicilio de aquel tiempo ). Pero no sólo eso. La carta nos llegó a todos mis compañeros de último año sino sólo a unos pocos y curiosamente todos éramos los que teníamos mejor expediente ( no es vanidad, ni mucho menos ). Eso significa que disponían de algo más de información. Quizá la memoria me falle y en algún momento al formalizar la matrícula de último año firmamos una autorización para ceder nuestros datos a empresas en busca de personal, pero, sinceramente, no lo recuerdo así.

Sea como fuera, en realidad me da igual cómo llegaron a mi y en todo caso estoy agradecido pues me pusieron en bandeja la incorporación al mundo laboral. Fue mi segundo proceso de selección y ya tenía trabajo, en unos años donde los últimos vagones de empleo estaban pasando.

2 - One mission, one vision

El propósito de este blog es escribir mis memorias de viaje por el mundo de la empresa, desde que en 1992 comencé a trabajar como consultor ( curioso término sobre el que hablaremos ) hasta que en el año 2002 conseguí salir de la Jaula de Oro. Salí de la jaula cuando ya llevaba algo más de dos años siendo Director de Sistemas de una empresa de internet, una punto-com del año 2000, una de tantas que se fueron al garete con la burbuja tecnológica : algunos os acordaréis de Ecuality, de Xfera, de Terra antes del batacazo en bolsa, etc...

No deja de ser una evocación nostálgica de una época y un tiempo que dejaron en mi vida una huella indeleble a muchos niveles : económico, personal, formativo, profesionalmente, etc... En ningún momento escribo este blog desde el despecho o el rencor. Nada más lejos. Lo escribo desde el cariño y la nostalgia y, salvo contadas ocasiones, no habrá rencor, odio o despecho en mis recuerdos.

En cuanto al anonimato, lo planteo de la siguiente forma. Diré el nombre de la empresa en la que trabajé como consultor. No diré el nombre de la empresa en la que trabajé como Director de Sistemas. No diré el nombre de los clientes para los que trabajé como consultor aunque los referenciaré y situaré bastante detalladamente. No diré los nombre de los personajes que aparecen en esta historia, pero a algunos de ellos, por su especial trascendencia en la misma les dotaré de un apodo, con el mayor de los afectos y sin intención de ofender.

A lo largo de esta narración incorporaré información ( considero que ya desclasificada ) relevante en cuanto a su valor narrativo pero no importante de las empresas para las que trabajé. Espero que ninguna demanda me esté esperando en Plaza de Castilla.

Los que lean este blog y me hayan conocido podrán situar quién es quién en esta historia. Espero que nadie se ofenda cuando lean ciertos hechos o puntos de vista que desde la perspectiva puedo valorar de forma distinta y que puede llegar a sorprender ( espero que no a ofender ) a algunos de los involucrados directa o indirectamente. Con el privilegio de no pertenecer a ese mundo ya, me permito hablar más o menos abiertamente de él. Los anonimatos que mantengo responde a respetar la intimidad de las personas, aunque, según leáis, por sus hechos los reconoceréis.

La historia la estructuraré por proyectos en los que estuve en distintos clientes. Adicionalmente haré entradas transversales para explicar generalidades de la empresa sobre cuestiones comunes ( salarios, carrera profesional, organización por competencias, recruiting, metodología, etc... ).

Una cuestión más : en la narración, con intención pero también de forma inevitable, incorporaré terminología propia de un consultor, esto es, mucho acrónimo, mucho palabrejo en inglés y mucho término de metodología así como alguno de tecnología. Lo que lo lean, si conocen el sector, los entenderán perfectamente.

1 - Memorias de un ex-prostituto

Con este provocador título pretendo atraer la atención de mis futuros lectores.

Nota previa de obligada lectura : cuanto voy a exponer a continuación no implica por mi parte una generalización aplicable a todos. Los términos que empleo responden a calificar una sensación interior en cada uno. Si se tiene esa sensación, los términos pueden ser aplicables. Si no se tiene, pues no hay que sentirse aludido.

El término “prostituto” recoge la imagen de muchos trabajadores que por un buen sueldo y un entorno profesional que alimenta su vanidad y facilita su ambición ( en los sentidos bueno y malo del término ) están dispuestos a dedicar una media de 10-12 horas diarias de su vida a un trabajo que en realidad no les gusta y que se sienten así, como prostitutos. ( Los que no se sientan así y disfrutan haciendo lo que hacen no son prostitutos ). Muchos de ellos en realidad viven en una jaula de oro ( concepto que repetiré ) de la que no pueden salir ( un ex-compañero mío habla en su blog de la “centrifugadora” ). Ganan mucho pero necesitan seguir ganando mucho. No pueden o no se atreven a acometer un “downshifting” en sus vidas y darle la patada a todo para empezar de nuevo. Entre este planteamiento y que muchos de estos trabajadores son proveedores de servicios en un trabajo que no les gusta e incluso les esclaviza, pues el término “prostituto” no es tan desacertado. Prostitutos de lujo pero a qué precio. Hay un chiste que juega con cómo cambia el significado de una palabra según su género, ya sabéis, lo típico de zorro y zorra, .... pues el chiste dice algo así como : “mujer que vende sus servicios” = prostituta; “hombre que vende sus servicios” = consultor.

Hay una novela de Lorenzo Silva ( “La flaqueza del bolchevique” ) y su película del mismo título que describen muy bien el tipo de vida que he descrito antes. Cuando vi la película me sentí muy identificado con el protagonista en lo que se refiere a su situación laboral, su visión de su trabajo y cómo funcionaba todo en su empresa. Consultores del mundo, os la recomiendo y veréis cómo os sentís identificados ( en cuanto al trabajo, con el resto de la película no necesariamente os sentiréis identificados ).

Hay un capítulo de esta novela muy interesante que divide a los trabajadores en tres tipos : budas, eventuales de mierda y soplapollas. A continuación extraigo parcialmente el texto de la novela donde lo explica :

“La puta oficina, impresiones de una víctima:

En el mundo laboral actual, ......., coexisten tres castas bien diferenciadas.

Primero hay una porción de gente, como el 30 por ciento o más, que tiene antigüedad y puesto en alguna empresa de raigambre...... Gracias a los sindicalistas....., esta gente no ha abandonado del todo la dorada época en que los convenios eran cojonudos.

...... Mientras esperan que les llegue la edad o el turno ( para prejubilarse ), estos budas distraen sus ocho horas exactas diarias poniendo aspas en el calendario y en las casillas de la quiniela o la lotería. Cogen regularmente la gripe ( quince días ), la alergia primaveral ( diez días ), el resfriado veraniego ( ocho días ) y siempre se fracturan un hueso menor haciendo jogging el último día del veraneo ( veinte días ). ...........

Del 70 por ciento restante unas cuatro quintas partes son eventuales de mierda. .... no me refiero a que su contrato sea temporal, sino a que sea cancelable en condiciones asumibles para el empleador. En tal circunstancia, el despido de un empleado “fijo” no es más que una no renovación tácitamente prevista. Los eventuales de mierda se caracterizan en primer lugar por haber llegado después de que lo de los convenios se fuera a hacer puñetas, ....
( Para los eventuales de mierda ) el horario de doce horas de trabajo es mucho más nocivo para la salud que el de ocho de simple estancia en la oficina. Si uno de los budas se cruza en un pasillo a un eventual de mierda, y si desciende a mirarle, comprueba derritiéndose de gusto que aunque entre ambos haya veinte años el eventual de mierda está mucho menos moreno, tiene unas ojeras que se las pisa y muchas más canas que, además no le da tiempo a teñirse.

............... Hay un catálogo en el que constan otras docientas cincuenta mil causa por las que a un eventual de mierda puede no renovársele el contrato. ..................

Sin embargo, hay alguien que inspira todavía más lástima. Son el resto, la última quinta parte del setenta por ciento que nunca conoció convenio : los soplapollas ( por ejemplo, yo ). Se los puede encontrar en puestos profesionales de los llamados de “primera línea” ..... Los soplapollas no son eventuales y ganan buenos sueldos, en realidad mejores que los de los mismísimos budas. Bajo esa coartada, la actividad sindical, entre ellos, es a medias inconcebible y a medias un rasgo de mal gusto. Son jóvenes, van bien vestidos y procuran conservar un aspecto físico presentable, lo que por diversos medios más o menos demenciales consiguen. Se les permite cogerse algún puente de vez en cuando, esquían y se van de veraneo a otros países. El resto del año, purgan miserablemente sus pecados.

.....Para empezar, trabajan todavía más horas que un eventual de mierda. No pueden ponerse enfermos, ..., y eso los convierte en adictos a toda clase de fármacos..... Aunque oficialmente todos son jefes de algo, saben manejar el ordenador, la fotocopiadora, el fax y la máquina de encuadernar, porque a las horas a las que suelen terminar los trabajos hasta los eventuales de mierda ya se han ido ( en esos momentos, los buda que aún tienen hijos en edad escolar han repasado con ellos las lecciones del día y los han acostado y saborean un whisky frente al televisor ).

.....El soplapollas no sólo no se merece el respeto de sus hijos, sino que ni siquiera puede esperar que sepan quién es ese tipo que solía aparecer por casa los días de fiesta ( no todos ).

Resulta difícil explicar cómo tantas buenas personas, e incluso individuos relativamente valiosos, acaban arrastrando la maldición de ser un soplapollas durante todos los días de su vida. Algunos se dejan cegar por el dinero o por una leyenda jerárquica en una tarjeta de visita......

Aquí es donde se echa en falta el par de pelotas de que hablaba antes. Vanidad tenemos todos, y a cualquiera nos gusta que nos la halaguen por hacer chorradas. Pero hace falta un par de pelotas para decirle al domador, cuanto te pide que des un saltito a través de un aro ardiendo, que el salto lo dé más bien la puerca que lo parió y que ya puede empezar a gastar el látigo.........”
( "La flaqueza del bolchevique", Lorenzo Silva - Finalista Premio Nadal -1997 . Ediciones Destino-Booket- págs. 45-55 )

Que nadie se sienta ofendido, es sólo una novela.

Hay un diálogo en la película muy representativo. La escena es una pub donde el protagonista ( el consultor ) toma una copa con una auditora externa. Música tecno de fondo.

Él : ¿Te gusta tu trabajo?
Ella : Me pagan bien.
........
Él : En las oficinas siempre hay el mismo tipo de gente. Los soplapollas por ejemplo.
Ella : ¿Quiénes son?
Él : Los soplapollas. Pues mira, los soplapollas viajan en business, se alojan en hoteles caros, son jóvenes, ganan buenos sueldos y de vez en cuando se pueden pillar algún puente. Pero el resto del tiempo están siempre disponibles. Como las putas. Vamos, que su misión consiste en hacer cualquier cosa que les pidan y fingir que les da gusto. Y así, mientras pringan y sonríen, se les va la vida, casi sin darse cuenta. Tú y yo, por ejemplo.

Reiterando la idea primera : no todos son soplapollas, sólo aquellos que se identifiquen con lo expuesto y se sientan así. Yo, hubo un tiempo que sí me sentí un soplapollas, porque sentía que lo más importante de mi vida me lo estaba perdiendo, "casi sin darme cuenta". Una vez asumido ese hecho, tan sólo me quedaba intentar escapar. Esperar la ocasión, abrir la puerta y echar a volar, dejando atrás la jaula de oro.