viernes, 1 de mayo de 2009

Epílogo : What do you do for a living?

Hace ya más de un año que inicié esta historia. Han sido 40 capítulos más algunas reflexiones añadidas entre medias. Han sido muchos los que la han leído, muchos de los cuales de forma regular y completa. No voy a entrar en estadísticas sobre hits, visitantes, etc... del blog, si bien comentar que de acuerdo con el contador instalado en el mismo, se habla de más de 16.000 visitantes (en realidad serán visitas, porque visitantes distintos serán muchos menos) y casi 30.000 hits. Sinceramente, mucho más de lo esperado por mi parte, lo cual inevitablemente me gusta, no por vanidad (ya aprendí a no ser un esclavo de la vanidad), sino por la satisfacción de haber llegado a tanta gente.

Contar esta historia me surgió a raíz de que alguien me contara que un ex compañero mío de AC (que también ha leído esta historia) tenía un blog donde contaba su día a día corporativo. Esto fue el catalizador para ponerme a contar una historia que ya tenía en mente escribir en algún momento (de hecho ya tenía algo escrito, y por ello las primeras entradas fueron publicadas muy seguidas en el tiempo).

Ahora la historia se termina, de hecho ya se ha terminado, como estaba previsto desde el principio. No tiene sentido continuar con el blog, por tanto. No obstante, seguirá abierto y publicado, mientras Blogger lo permita y podré seguir recibiendo comentarios de los sucesivos lectores, a los cuales contestaré igualmente. Pero no tengo más que contar en relación con el alcance previsto para este blog.

Ha sido una experiencia interesante y enriquecedora haber hecho esto, no sólo por el ejercicio de introspección que he podido acometer evocando aquellos años de consultor que ahora, desde la distancia, se dibujan quizá con menos fiabilidad en el recuerdo pero sí con más objetividad. También ha sido una buena experiencia por poder comprobar cómo el 2.0 existe y está ahí y funciona. Internet es un mundo paralelo en el que sus habitantes interactúan de forma a menudo anónima pero en el que existen unos códigos, unas reglas, unas pautas y unos comportamientos dignos de estudiar (se llevan estudiando desde hace tiempo). Es parecido a lo que expone la teoría de cuerdas de la mecánica cuántica : hay realidades paralelas, sólo que en este caso se viven y perciben las dos realidades en todas sus dimensiones (espacio, tiempo, ciberespacio, cibertiempo, ...). Uff, ya se me fue la pinza......

Por todo lo anterior, muchas gracias a todos.

Ahora bien, en alguna ocasión en los comentarios se me ha preguntado a qué me dedico actualmente y qué hice desde que dejé JIT hasta ahora. Parcialmente he contestado como respuesta en los comentarios de las entradas. En concreto,aluziner me preguntaba en los comentarios el título de esta entrada. Se pueden dar respuestas divertidas como las que podéis leer aquí (de hecho recomiendo esta página a los que quieran escapar del “slave wagery”) , pero intentaré dar otra.

Mantengo la idea de mantenerme en el anonimato y de no dar detalles de mi vida actual (algunos de los que me han leído me conocen personalmente y saben que el Yuki que escribe es el que ellos conocen, algunos conocen más o menos mi vida actual, pero sabedores de mi deseo de anonimato, en ningún momento han comentado nada al respecto), si bien sucinta y metafóricamente trataré de dar una respuesta a esa pregunta.

Después de JIT invertí en una pyme del sector salud y estética asociado con otra persona (invertí parte del finiquito que recibí de JIT). Durante dos años y medio me dediqué a esto (a tiempo parcial, puesto que la dedicación no era excesiva, si bien el refrán de “el ojo del amo al caballo engorda” es muy cierto aplicado a la necesidad del propietario de un negocio de estar muy cerca del mismo para que las cosas funcionen bien). Esta experiencia como empresario vino a complementar sabiamente mi experiencia profesional anterior (la que he contado aquí). Ser empresario (aun de los pequeños como era mi caso) es una experiencia que aconsejo a quien pueda acometerla. Es un mundo completamente distinto donde tú eres, además de persona física, persona jurídica. Gestionar un negocio tiene muchos recovecos, mucha letra pequeña, requiere mucha mano izquierda y mucho movimiento de cadera. El resultado global de esta iniciativa empresarial fue más que satisfactorio, si bien las dificultades fueron muchas. Básicamente adquirimos un negocio ya en marcha que arrastraba muchas deficiencias y problemas y tuvimos que remodelarlo, reflotarlo y conseguir que funcionara mejor y que además nos diera beneficios, lógicamente. La labor de muchos autónomos y empresarios de pymes es en mi opinión muy encomiable. Se enfrentan a un día a día de gestiones, pagos, impuestos, burocracia, inspecciones, impagos, despidos, contrataciones, mantenimiento de equipos e instalaciones, compras, seguridad laboral, siniestros, robos, asaltos y atracos, trato con clientes impresentables, trato con proveedores deleznables, peleas con banqueros insaciables y usureros, y tantas cuestiones más, que realmente hay que saber valorar todo su trabajo. Tratan de ganarse la vida a la vez que dan de comer a unas cuantas familias, que de alguna forma llegan a ser su responsabilidad, para seguir pagándoles sus nóminas puntualmente. Siempre habrá excepciones a este panorama idílico que dibujo : empresarios negreros y déspotas, ambiciosos sin escrúpulos que se embolsan un pastizal a costa de malpagar a sus empleados, auténticos profesionales del engaño y del fraude. Los he conocido. Hay mucho hij....uta en todos sitios. A pesar de ello no puedo estar más en desacuerdo con opiniones generalistas en contra de las pymes que, quizá en un afán de crear polémica y hacerse oír, opinan lo contrario de lo que opino yo.

Pasados esos dos años y medio tomamos la decisión de vender el negocio, ya revalorizado. Y a partir de ese momento inicié una nueva etapa, la actual. Y la pude iniciar porque confluyeron las circunstancias oportunas y la buena suerte (o quizá es que es cierto eso de que la proyección mental de las cosas acaba convirtiéndolas en realidad a base de insistir en pensarlas, yo siempre había pensado tener una situación como la que tengo ahora). Lo siento, pero no voy a detallar más al respecto. Tan sólo decir que dispongo de lo suficiente para vivir con comodidad y procurar la felicidad de todos los miembros de mi familia a la vez que me permito no ser un esclavo de horarios ni nómina ni jefes. Me dedico a mí y a mi familia, a mi tiempo y a mi vida. Estoy muy lejos de la esclavitud ejecutiva, de las corbatas asfixiantes, de los atascos de entrada al ir y al regresar, de las noches sin dormir y, en definitiva, dejé de ser un "prostituto". Y seguiré así, mientras pueda seguir en esta situación.

Probablemente, salvo que me toque un premio, nunca tendré este coche ni éste (o mejor, éste) (en AC hay quien lo tiene), ni ninguna de estas casas (aunque alguna me parece horrorosa), ni este reloj. Pero a cambio tengo algo mucho más valioso considerando la caducidad de las cosas, lo efímero de todo, y lo breve que es nuestra vida. Supongo que ya habéis adivinado qué es eso que poseo y que mucha otra gente no. Ello me permite dedicarme con holgura a las cosas importantes de la vida (cuidar de mis perros, amor, familia, amigos, lectura, ocio, felicidad, cuidar del jardín, plantar el huerto...).

Mucha gente desperdicia su tiempo y su vida en hacer lo que no le gusta o no le conviene. En la entrada “Eres tonto” hacía una reflexión al respecto. Conozco mucha gente que vive una vida que no es la que quiere. En la película “Revolutionary road”, que recomiendo, hacen una reflexión parecida : “para jugar a las casitas, hace falta un trabajo. Y para jugar a las casitas grandes y bonitas, hace falta un trabajo que no te guste”.

También en un libro que acabo de leer por recomendación de Mr. π dicen algo así : “... Mucha gente no sabe lo que busca....La mayor parte de las personas pasa por esta vida como si fuese sonámbula.....Quieren poseer cosas, hacer dinero, consumir de todo.... se encuentran tan fascinadas por lo accesorio que pierden de vista lo esencial.... un nuevo coche, una casa más grande, unas ropas más vistosas....sueñan con impresionar a los demás.... y lo hacen porque tienen hambre de amor y no lo encuentran. Por eso se vuelcan en lo accesorio..... No tienen amor y buscan sustitutos..... Pero... nada sustituye al amor..... Por eso.... la satisfacción que sienten es efímera. Los han acabado de comprar, pero ya buscan un nuevo coche, una nueva casa.... Ninguna de esas cosas trae satisfacción duradera, porque ninguna de esas cosas es verdaderamente importante..... Las cosas no son más que sustitutos, accesorios que enmascaran lo esencial...”. (“La fórmula de Dios”, José Rodríguez dos Santos).

No quisiera parecer demagógico al plantear escapar de una vida que no nos gusta como algo fácil. Ni mucho menos. Es muy difícil. Pero al mismo tiempo si no nos lo planteamos, tomamos conciencia y le dedicamos tiempo, nunca lo vamos a hacer. Es cuestión de suerte muchas veces, de que se den las circunstancias idóneas muchas veces improbables, pero también es cuestión de querer, de voluntad y perseverancia, esperando esas pequeñas o grandes oportunidades que, aprovechándolas, nos permitan cambiar poco o mucho nuestras vidas para dotarlas de sentido, para que sean nuestras, para que no las dejemos escapar sin darnos cuenta. Es posible que no podamos escapar del todo, pero seguro que siempre habrá algo que podamos hacer para mejorar.

Cuando era pequeño, recuerdo leer sobre lo que por entonces se llamaba la "sociedad del ocio" : el hombre cada vez dispondría de más tiempo libre dado que la tecnología permitiría suplir la mano de obra. Todos seríamos felices y trabajaríamos cada vez menos. ¿Dónde quedó esto? ¿En qué momento nos engañaron o algo falló? ¿Por qué las sociedades primitivas disponían de más tiempo libre y sólo se dedicaban a lo básico (cazar, recolectar, sostener el poblado...) dejando el resto del tiempo para ser felices?

Y no es que me quiera poner místico ni derivar este blog en uno de autoayuda, pero así lo veo yo. Vivimos en un demoníaco círculo socioeconómico que nos introduce a la fuerza en un ciclo de necesito consumir para no ser menos-consumo-trabajo para poder pagarlo-apenas disfruto lo que consumo-me endeudo-sigo trabajando-sigo consumiendo. Las cosas se fabrican para que duren lo justo para tener que renovarlas al cabo del tiempo (a menudo poco después de su periodo de garantía) o bien que queden obsoletas con nuevas novedades que es “obligado” tener (¿todavía no tienes el iPhone?) o bien para que repararlas cueste mucho más que comprar una nueva y mejor. Nos obligan a consumir, no podemos escapar o resulta muy difícil, no podemos pagar de antemano lo que consumimos y por eso recurrimos a financiarlo a través de entidades con ánimo de lucro (¿quién puede sólo consumir sin financiarlo?, ¿reside ahí parte del secreto de la felicidad?, ¿por qué es mucho más importante el control de la deuda que el control del dinero?). Los aliados de este círculo de consumismo esclavizador, que fomentan las empresas, los grupos de poder y los gobiernos, son, entre otros, la vanidad y la publicidad (la que nos crea necesidades que antes no teníamos, que nos hace ser “bichos raros enfermizos” si no consumimos danacoles, vitalíneas, apiserums, pharmatones complex, marcos de fotos digitales, muchos megapíxeles en aparatos digitales, no menos de 200CV en nuestros coches o el oxiaction gel nueva fórmula mejorada con nanoregatrones de acción específica sobre las manchas de infelicidad que tiñen nuestra vida).

Si no fuéramos tan vanidosos, si no nos empeñáramos en jugar al manido juego de “a ver quién la tiene más grande”, si no nos dedicáramos al “patético vicio de darse importancia”, otro gallo nos cantaría.

Recomiendo, sin afán de activismo antisistema ni libertario, ver, a modo de ejemplo, los siguientes documentales/películas, no para dejarnos llevar por ellos, sino para que nos hagan reflexionar, porque no todo lo que nos cuentan es cierto, en ninguno de los sitios a donde acudamos a escuchar :

- “La historia de las cosas”.
- “La corporación” (atentos a uno de los logos que aparecen al principio).
- “El concursante” (la película completa está accesible en la red).
- “El dinero es deuda” (mucha gente no se cree que cuando un banco te presta dinero, ese dinero en realidad no lo posee el banco, no existe, sino que es en ese momento cuando de la chistera se lo saca y lo inyecta en el mercado como dinero bancario pero que luego tú a base de trabajo tienes que devolver en forma de dinero monetario, algo que igual es un mecanismo necesario para mover la economía, al menos la economía de mercado que conocemos, pero que no deja de ser una cuestión para repensar y analizar en detalle).

Sin nada más, os deseo la mejor de las vidas.

Yuki.

Agradecimientos : a todos los lectores pasados, presentes y futuros; a mis perros que me ayudaban con sus patitas a publicar las entradas; a Mr. π por ser mi amigo; a Mr. Cr por ser un protagonista imprescindible de esta historia; a todos los Mr. y Mrs. que aparecen en ella (incluidos los indeseables); al ciberespacio y sus herramientas gratuitas que nos permiten estos formatos de comunicación y a mí mismo porque soy el que lo ha escrito todo.