Pues así es. Tras estudiar la ingeniería de turno por motivos no vocacionales sino como forma de acceder al mercado laboral al que la vida nos arrastra de forma inexorable, a primeros de 1992 me incorporo a una de las grandes ( de hecho, la más grande ) de la consultoría : Andersen Consulting, en adelante AC. ( Para el que no lo sepa, durante un tiempo hubo y creo que sigue existiendo una página web que parodiaba a AC y era un foro de opinión y crítica a la empresa, pero de forma sana. Se llamaba Big Time Consulting. La página web todavía está y dispone hasta de “merchandising” específico. Actualmente el contenido que tiene son viñetas de cómic sobre situaciones del día a día del consultor-remero, otro término que aparecerá más adelante. Divertida y recomendable ).
Ahora llamada Accenture, en aquel tiempo estaba recién escindida en España de Arthur Andersen aunque a nivel “guorldguaild” eran el mismo grupo. Lo que 30 años atrás era un negocio de auditoría desarrolló una unidad de negocio dedicada a la consultoría que creció tanto que pasaba por encima de los auditores y terminó escindiéndose en una empresa distinta : AC. Arthur Andersen continuaba auditando, si bien volvió a crear de nuevo otro hijo consultor, llegando a competir ( pero sólo lo intentaba ) con AC. Esa filial consultora pasó a llamarse Bearing Point posteriormente y luego fue vendida a otra consultora y desapareció. La historia del nombre “Andersen” es muy interesante, pues fue objeto de arbitrajes y demandas millonarias entre unos y otros. Los auditores demandaban una pasta indecente a AC por utilizar la palabrita del escritor de cuentos. Un arbitraje internacional decidió que de pasta nada de nada ( creo que fue una cantidad ínfima frente a lo que los auditores demandaban ) pero que tenía que eliminar la palabrita del nombre de su empresa. Así fue como a finales de los 90 surgió el nuevo nombre : Accenture. Este nombre se eligió entre un concurso interno por el que los propios empleados de la firma en todo el mundo propusieron nombres, resultando elegido éste como el nuevo de la compañía. Creo recordar que Accenture significa “Accent on future” y que el hecho de que comenzara por “A” fue un factor importante para elegirlo ( por cuestiones de marketing y publicidad ). Tras ello, después de tanto pelear por el nombrecito dichoso, al que se le suponía un “goodwill” enorme y se consideraba un activo intangible valiosísimo como marca, en cuestión de meses consiguieron destruirlo y reducirlo a un “badwill” ( caso Enron y demás ). ¡Qué bien lo hicieron los consultores, consiguieron desprenderse justo a tiempo del marrón de ver devaluada su marca y además desprenderse de ella les supuso un reducido coste económico. Muchos socios consultores se secarían la frente de sudor desde las plantas 29, 30 y 31 de la Torre Picasso, cuando vieron que de repente “Andersen” no valía ya nada como nombre y que meses antes se habían desprendido de él.
El cómo llegué a Andersen fue porque ellos me buscaron. Ya en sexto de carrera y con el proyecto fin de carrera a medias me llegó una carta donde una empresa de consultoría ( ¿eso qué es? ) se me presentaba y me ofrecía que enviara mi CV para un próximo proceso de selección. Una cuestión curiosa e importante es cómo obtuvieron mis datos. La LORTAD tendría que decir mucho al respecto hoy en día, pero eran otros tiempos. Todo me hace pensar que de alguna forma disponían de información de estudiantes de último año, con nombre, apellidos y dirección al menos ( me llegó una carta a mi domicilio de aquel tiempo ). Pero no sólo eso. La carta nos llegó a todos mis compañeros de último año sino sólo a unos pocos y curiosamente todos éramos los que teníamos mejor expediente ( no es vanidad, ni mucho menos ). Eso significa que disponían de algo más de información. Quizá la memoria me falle y en algún momento al formalizar la matrícula de último año firmamos una autorización para ceder nuestros datos a empresas en busca de personal, pero, sinceramente, no lo recuerdo así.
Sea como fuera, en realidad me da igual cómo llegaron a mi y en todo caso estoy agradecido pues me pusieron en bandeja la incorporación al mundo laboral. Fue mi segundo proceso de selección y ya tenía trabajo, en unos años donde los últimos vagones de empleo estaban pasando.
Ahora llamada Accenture, en aquel tiempo estaba recién escindida en España de Arthur Andersen aunque a nivel “guorldguaild” eran el mismo grupo. Lo que 30 años atrás era un negocio de auditoría desarrolló una unidad de negocio dedicada a la consultoría que creció tanto que pasaba por encima de los auditores y terminó escindiéndose en una empresa distinta : AC. Arthur Andersen continuaba auditando, si bien volvió a crear de nuevo otro hijo consultor, llegando a competir ( pero sólo lo intentaba ) con AC. Esa filial consultora pasó a llamarse Bearing Point posteriormente y luego fue vendida a otra consultora y desapareció. La historia del nombre “Andersen” es muy interesante, pues fue objeto de arbitrajes y demandas millonarias entre unos y otros. Los auditores demandaban una pasta indecente a AC por utilizar la palabrita del escritor de cuentos. Un arbitraje internacional decidió que de pasta nada de nada ( creo que fue una cantidad ínfima frente a lo que los auditores demandaban ) pero que tenía que eliminar la palabrita del nombre de su empresa. Así fue como a finales de los 90 surgió el nuevo nombre : Accenture. Este nombre se eligió entre un concurso interno por el que los propios empleados de la firma en todo el mundo propusieron nombres, resultando elegido éste como el nuevo de la compañía. Creo recordar que Accenture significa “Accent on future” y que el hecho de que comenzara por “A” fue un factor importante para elegirlo ( por cuestiones de marketing y publicidad ). Tras ello, después de tanto pelear por el nombrecito dichoso, al que se le suponía un “goodwill” enorme y se consideraba un activo intangible valiosísimo como marca, en cuestión de meses consiguieron destruirlo y reducirlo a un “badwill” ( caso Enron y demás ). ¡Qué bien lo hicieron los consultores, consiguieron desprenderse justo a tiempo del marrón de ver devaluada su marca y además desprenderse de ella les supuso un reducido coste económico. Muchos socios consultores se secarían la frente de sudor desde las plantas 29, 30 y 31 de la Torre Picasso, cuando vieron que de repente “Andersen” no valía ya nada como nombre y que meses antes se habían desprendido de él.
El cómo llegué a Andersen fue porque ellos me buscaron. Ya en sexto de carrera y con el proyecto fin de carrera a medias me llegó una carta donde una empresa de consultoría ( ¿eso qué es? ) se me presentaba y me ofrecía que enviara mi CV para un próximo proceso de selección. Una cuestión curiosa e importante es cómo obtuvieron mis datos. La LORTAD tendría que decir mucho al respecto hoy en día, pero eran otros tiempos. Todo me hace pensar que de alguna forma disponían de información de estudiantes de último año, con nombre, apellidos y dirección al menos ( me llegó una carta a mi domicilio de aquel tiempo ). Pero no sólo eso. La carta nos llegó a todos mis compañeros de último año sino sólo a unos pocos y curiosamente todos éramos los que teníamos mejor expediente ( no es vanidad, ni mucho menos ). Eso significa que disponían de algo más de información. Quizá la memoria me falle y en algún momento al formalizar la matrícula de último año firmamos una autorización para ceder nuestros datos a empresas en busca de personal, pero, sinceramente, no lo recuerdo así.
Sea como fuera, en realidad me da igual cómo llegaron a mi y en todo caso estoy agradecido pues me pusieron en bandeja la incorporación al mundo laboral. Fue mi segundo proceso de selección y ya tenía trabajo, en unos años donde los últimos vagones de empleo estaban pasando.
4 comentarios:
Qué puedo decir, estás contando la historia de mi vida, aunque con seis años de decalaje.
De hecho yo sigo en la consultoria, llevo nueve años diciendo que este año lo dejo fijo y me busco otra cosa...
Sigue que esto está muy interesante.
Gracias, gaznapiro. Seguiré, poco a poco irán saliendo cosas. Las tengo escritas, pero tengo que repasar y publicarlas.
He empezado a leer esto. Ojala lo hubiera encontrado antes.
Me alegra que este blog siga recibiendo visitas y nuevos lectores, después de más de 4 años desde que finalicé la historia que en él cuento.
Anónimo, te animo a que sigas leyendo, comentes lo que consideres y, sobre todo, lo disfrutes.
Gracias.
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