Abro una sección nueva que iré incorporando por entregas, donde se definen y explican ( a veces detalladamente ) algunos términos que van surgiendo en este blog y que lectores ajenos al sector de la consultoría pueden desconocer. Los iré exponiendo agrupados casi al azar en distintas entregas.
Overtime : horas extras no pagadas. Se habla de overtime cultural cuando se realiza no por necesidad del proyecto sino porque no está bien visto que salgas de trabajar antes que tu jefe. Como el jefe también lo aplica y no sale antes que el suyo y así sucesivamente, pues basta con que el socio del proyecto aparezca a las 19h en el cliente, para que todo el mundo acabe saliendo a partir del momento en que el socio se vaya, en cadena y uno a uno, cumpliendo la jerarquía, de forma que el pitufo ( o la pitufa, no os enfadéis ) acaba en su casa a las 11.45h, donde le espera una cena fría y una novia ( o novio, no se enfade nadie ) o madre bastante mosqueadas.
Sólo en dos proyectos y de corta duración pude incurrir en las horas que me pagaban y nada más que ésas. Uno donde mi senior me llamaba “el marqués”, porque a las 19h desfilaba delante de él ( que se quedaba ) y le decía adiós ( este senior había realizado una estimación realista del proyecto, al menos de la parte que yo hacía, y además no aplicaba lo del overtime cultural, con lo cual, me dejó claro que si no había retrasos frente a lo previsto que me fuera a casa a mi hora, y así lo hice ). La otra ocasión fue porque estaba solo dando formación en el Ampurdán a una usuaria que tenía que recoger a su hija en el colegio antes de las 18h. Así que, como lo de dar formación a la pared no era muy productivo, pues entre 18h y 19h desfilaba como un señor a mi hotel para disfrutar del resto de la tarde y de la noche.
Todo lo demás, overtime, siempre, a todas horas, del cultural y del no cultural. El no cultural se producía por una consciente estimación a la baja de las horas necesarias para realizar los proyectos. Lo tengo que decir así de claro y ya lo detallaré en su momento. El cultural estaba institucionalizado para facilitar el no cultural ( era un key driver ).
Recuerdo con una sonrisa que desde el departamento de RRHH nos instaban con gran convicción a que en el T-R ( hoja donde se reflejaban las horas dedicadas por día y tarea para control económico del proyecto ) pusiéramos las horas reales que hacíamos para así recoger la realidad económica del proyecto. Pero una cosa era RRHH y otra tu socio, claro. Al final nadie se atrevía a meter nada distinto de 9-9-9-9-7 en los totales por día de la semana. La realidad podía ser 11-10-12-9-9-10-6 perfectamente.
Y esto tiene una doble lectura : por una parte no te iban a pagar nunca las horas extras. Por otra, no se permitía que el coste real del proyecto ( la tarifa interna de cada consultor según su categoría ) se reflejara en los balances económicos de los mismos para así garantizar las rentabilidades y, por tanto, la promoción del gerente y del socio. En realidad, la rentabilidad era correcta, porque como no te lo pagaban no suponía coste. Como mucho, el gasto de material adicional en que se incurría durante las horas extras ( folios, carpetas, minas del 0.9, canutillos, llamadas de teléfono para decir que ibas a llegar tarde, etc... ).
En cualquier caso, tampoco pretendo hacer una reivindicación sindicalista : son las reglas del juego, te las dejan bien claras desde el principio y nadie te engaña. Así que no me siento engañado, ni mucho menos, lo supe y lo acepté : existe el “overtime”. ¿Y en qué empresa o puesto de trabajo no existe con salarios por encima de la media?
T-R : Time Report. Famosísima hojita donde introducías las horas no reales sino las oficiales que habías dedicado cada día a tu cliente. Era fundamental mandarlo puntualmente a Administración y si no lo hacías te encontrabas una notita en tu PF reconviniéndote. Se acompañaba a veces del E-R ( expense report ) donde cargabas los taxis, los billetes de avión y demás que pagabas por tu cuenta para que te los abonaran convenientemente. Cuando comencé a trabajar se rellenaba a mano y se enviaba por valija interna a RRHH donde los grababan. Con el tiempo nos modernizamos y teníamos una aplicación ( el ARTES ) para rellenar el TR y enviarlo por valija. Luego se integró el ARTES con Lotus Notes para su envío electrónico a RRHH.
Overtime : horas extras no pagadas. Se habla de overtime cultural cuando se realiza no por necesidad del proyecto sino porque no está bien visto que salgas de trabajar antes que tu jefe. Como el jefe también lo aplica y no sale antes que el suyo y así sucesivamente, pues basta con que el socio del proyecto aparezca a las 19h en el cliente, para que todo el mundo acabe saliendo a partir del momento en que el socio se vaya, en cadena y uno a uno, cumpliendo la jerarquía, de forma que el pitufo ( o la pitufa, no os enfadéis ) acaba en su casa a las 11.45h, donde le espera una cena fría y una novia ( o novio, no se enfade nadie ) o madre bastante mosqueadas.
Sólo en dos proyectos y de corta duración pude incurrir en las horas que me pagaban y nada más que ésas. Uno donde mi senior me llamaba “el marqués”, porque a las 19h desfilaba delante de él ( que se quedaba ) y le decía adiós ( este senior había realizado una estimación realista del proyecto, al menos de la parte que yo hacía, y además no aplicaba lo del overtime cultural, con lo cual, me dejó claro que si no había retrasos frente a lo previsto que me fuera a casa a mi hora, y así lo hice ). La otra ocasión fue porque estaba solo dando formación en el Ampurdán a una usuaria que tenía que recoger a su hija en el colegio antes de las 18h. Así que, como lo de dar formación a la pared no era muy productivo, pues entre 18h y 19h desfilaba como un señor a mi hotel para disfrutar del resto de la tarde y de la noche.
Todo lo demás, overtime, siempre, a todas horas, del cultural y del no cultural. El no cultural se producía por una consciente estimación a la baja de las horas necesarias para realizar los proyectos. Lo tengo que decir así de claro y ya lo detallaré en su momento. El cultural estaba institucionalizado para facilitar el no cultural ( era un key driver ).
Recuerdo con una sonrisa que desde el departamento de RRHH nos instaban con gran convicción a que en el T-R ( hoja donde se reflejaban las horas dedicadas por día y tarea para control económico del proyecto ) pusiéramos las horas reales que hacíamos para así recoger la realidad económica del proyecto. Pero una cosa era RRHH y otra tu socio, claro. Al final nadie se atrevía a meter nada distinto de 9-9-9-9-7 en los totales por día de la semana. La realidad podía ser 11-10-12-9-9-10-6 perfectamente.
Y esto tiene una doble lectura : por una parte no te iban a pagar nunca las horas extras. Por otra, no se permitía que el coste real del proyecto ( la tarifa interna de cada consultor según su categoría ) se reflejara en los balances económicos de los mismos para así garantizar las rentabilidades y, por tanto, la promoción del gerente y del socio. En realidad, la rentabilidad era correcta, porque como no te lo pagaban no suponía coste. Como mucho, el gasto de material adicional en que se incurría durante las horas extras ( folios, carpetas, minas del 0.9, canutillos, llamadas de teléfono para decir que ibas a llegar tarde, etc... ).
En cualquier caso, tampoco pretendo hacer una reivindicación sindicalista : son las reglas del juego, te las dejan bien claras desde el principio y nadie te engaña. Así que no me siento engañado, ni mucho menos, lo supe y lo acepté : existe el “overtime”. ¿Y en qué empresa o puesto de trabajo no existe con salarios por encima de la media?
T-R : Time Report. Famosísima hojita donde introducías las horas no reales sino las oficiales que habías dedicado cada día a tu cliente. Era fundamental mandarlo puntualmente a Administración y si no lo hacías te encontrabas una notita en tu PF reconviniéndote. Se acompañaba a veces del E-R ( expense report ) donde cargabas los taxis, los billetes de avión y demás que pagabas por tu cuenta para que te los abonaran convenientemente. Cuando comencé a trabajar se rellenaba a mano y se enviaba por valija interna a RRHH donde los grababan. Con el tiempo nos modernizamos y teníamos una aplicación ( el ARTES ) para rellenar el TR y enviarlo por valija. Luego se integró el ARTES con Lotus Notes para su envío electrónico a RRHH.
¡¡¡Qué tiempos aquellos!!!! Yo conservo todos mis T-Rs, al menos los manuscritos. Mirarlos es como cuando revisas tus primeros “cuadernos Rubio” con los que aprendías a escribir en el colegio y tus primeros dibujos cuando coloreabas osos que montaban en globo o patos que nadaban en un estanque.
En el formulario del T-R en la base había dos filas de casillas para introducir las horas extras : creo que no las empleé nunca.
La situación paradójica se creaba además cuando en los proyectos en los que estuve era obligado llevar un control de horas reales del proyecto, a efectos internos del mismo. En esas hojas se apuntaban las horas reales por tarea y día, pudiendo al final del proyecto concluir el esfuerzo real que ha sido necesario para acometerlo. En esas hojas sí se apuntaban números casi siempre de dos cifras. Al finalizar el proyecto podías comparar el “gap” ( otro término muy de consultor ) entre el previsto, el real y el T-R. Las diferencias existían, sin duda. A efectos de planificación de proyecto convenía analizar las diferencias entre el previsto y el real, para recibir “feedback” ( otro palabro consultoril ) de cara a futuras planificaciones.
En el formulario del T-R en la base había dos filas de casillas para introducir las horas extras : creo que no las empleé nunca.
La situación paradójica se creaba además cuando en los proyectos en los que estuve era obligado llevar un control de horas reales del proyecto, a efectos internos del mismo. En esas hojas se apuntaban las horas reales por tarea y día, pudiendo al final del proyecto concluir el esfuerzo real que ha sido necesario para acometerlo. En esas hojas sí se apuntaban números casi siempre de dos cifras. Al finalizar el proyecto podías comparar el “gap” ( otro término muy de consultor ) entre el previsto, el real y el T-R. Las diferencias existían, sin duda. A efectos de planificación de proyecto convenía analizar las diferencias entre el previsto y el real, para recibir “feedback” ( otro palabro consultoril ) de cara a futuras planificaciones.
La comparación entre el T-R y el real no servía para nada, salvo para mortificarte o reírte ( según te lo tomaras ).
PF : “Personal file” : carpetita con una etiqueta con tu nombre donde la firma se comunicaba internamente contigo dejándote papelitos ( IOC, o Interoffice Communication ) con la nueva estructura matricial de la firma para el año próximo, la organización de la fiesta de navidad, la “salida” de la firma de alguien y hasta ( y lo más importante ) tu nómina mensual y tu subida salarial del año ( a finales de agosto todos andábamos revoloteando por los PFs para conocer nuestra subida salarial, y si no estábamos en la oficina se lo encargábamos a alguien ). Cuando uno estaba el cliente y no pasaba por la oficina durante mucho tiempo, siempre se enviaba al pitufo del proyecto una vez a la semana a recoger los PFs de todos los miembros del equipo y regresaba al cliente como un cartero, repartiendo cartas y paquetes ( en alguna ocasión hasta el gerente traía los PFs de todos, pero eso era ya para nota ). Cuando ibas a la oficina por algún casual lo primero que hacías era ir a tu PF a ver si tenías algo interesante. Las carpetitas estaban situadas en armarios en el “staff” de cada competencia ( Procesos, Tecnología, Estrategia o Gestión del Cambio ). Por supuesto, para gerentes y socios no había PFs ( para algo está el despacho, o la mesa flotante que nos dieron a los gerentes cuando ya no había sitio para todos y, en ese caso, tu PF era una bandeja con tu nombre en la mesa de tu secretaria compartida ).
Staff : también conocido como “la pradera” ( link ). Tanto en Vida de un consultor como en la entrada “Mi primera asignación” se ofrece una descripción detallada de este término.
Calling ( y calling inteligente ) ( ni siquiera estoy seguro de que se escriba así, fue un término que me llegó siempre por cultura oral ) : revisión exhaustiva de un documento en busca de errores tanto ortográficos, como gramaticales o sintácticos. Lo realizas de forma repetida desde que entras en la firma, especialmente en los Informes de Progreso y en las propuestas y especialmente también cuando eres pitufo. Con el tiempo terminas desarrollando una habilidad especial para detectar fallos. Con la llegada de la ofimática avanzada y los correctores ortográficos en los procesadores de textos, esta labor se vio facilitada, si bien siempre había que hacerla. Una variante es el inteligente, que es cuando además de lo anterior haces una lectura comprensiva para aportar mejoras, detectar fallos de planteamiento, enfoque y estructura y, en definitiva, aportar “valor añadido” ( un término muy de consultor ).
PF : “Personal file” : carpetita con una etiqueta con tu nombre donde la firma se comunicaba internamente contigo dejándote papelitos ( IOC, o Interoffice Communication ) con la nueva estructura matricial de la firma para el año próximo, la organización de la fiesta de navidad, la “salida” de la firma de alguien y hasta ( y lo más importante ) tu nómina mensual y tu subida salarial del año ( a finales de agosto todos andábamos revoloteando por los PFs para conocer nuestra subida salarial, y si no estábamos en la oficina se lo encargábamos a alguien ). Cuando uno estaba el cliente y no pasaba por la oficina durante mucho tiempo, siempre se enviaba al pitufo del proyecto una vez a la semana a recoger los PFs de todos los miembros del equipo y regresaba al cliente como un cartero, repartiendo cartas y paquetes ( en alguna ocasión hasta el gerente traía los PFs de todos, pero eso era ya para nota ). Cuando ibas a la oficina por algún casual lo primero que hacías era ir a tu PF a ver si tenías algo interesante. Las carpetitas estaban situadas en armarios en el “staff” de cada competencia ( Procesos, Tecnología, Estrategia o Gestión del Cambio ). Por supuesto, para gerentes y socios no había PFs ( para algo está el despacho, o la mesa flotante que nos dieron a los gerentes cuando ya no había sitio para todos y, en ese caso, tu PF era una bandeja con tu nombre en la mesa de tu secretaria compartida ).
Staff : también conocido como “la pradera” ( link ). Tanto en Vida de un consultor como en la entrada “Mi primera asignación” se ofrece una descripción detallada de este término.
Calling ( y calling inteligente ) ( ni siquiera estoy seguro de que se escriba así, fue un término que me llegó siempre por cultura oral ) : revisión exhaustiva de un documento en busca de errores tanto ortográficos, como gramaticales o sintácticos. Lo realizas de forma repetida desde que entras en la firma, especialmente en los Informes de Progreso y en las propuestas y especialmente también cuando eres pitufo. Con el tiempo terminas desarrollando una habilidad especial para detectar fallos. Con la llegada de la ofimática avanzada y los correctores ortográficos en los procesadores de textos, esta labor se vio facilitada, si bien siempre había que hacerla. Una variante es el inteligente, que es cuando además de lo anterior haces una lectura comprensiva para aportar mejoras, detectar fallos de planteamiento, enfoque y estructura y, en definitiva, aportar “valor añadido” ( un término muy de consultor ).
1 comentario:
jeje, muy divertido si señor. Pero cuantas cosas se pueden escribir sobre el overtime, ya tocara ya....
El Anónimo
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