viernes, 4 de abril de 2008

14 - Entreacto : trabajitos varios

Tras finalizar en el primer cliente, tuve breves asignaciones muy genuinas de consultor ( partir de una hoja en blanco y obtener un producto final aceptable ) pero sin estar asignado específicamente a un cliente. Este tiempo que transcurre entre dos clientes donde no estás asignado a ninguno pero estás haciendo colaboraciones ( ya era todo un consultor con más de dos años de experiencia, todo un pitufo avanzado ), siempre me resultó muy enriquecedor. Te permite, además, pasar más tiempo en la oficina y conocer mejor quién es quién en ella, algo muy importante, como ya conté. De hecho, el primer trabajito lo realicé en la oficina : estaba en el "staff" ( o la pradera ) pero no estaba en "staff" ( desasignado ), sino trabajando con un gerente.

Este primer trabajito fue elaborar una propuesta de EDI durante dos semanas. El EDI en aquella época era toda una avanzadilla tecnológica de lo que luego sería el comercio electrónico ( todavía no estaba implantada la Web ) y que favorecía los intercambios de información entre empresas. En la actualidad, cuando estamos inundados por los marketplaces, los B2B, el XML y tantas cosas más que desconozco, no tengo muy claro qué papel juega el EDI, supongo que conceptualmente se mantendrá como normativa estándar de intercambio de ficheros e información, pero que tecnológicamente se implementará de forma distinta a como yo lo conocí ( me alejé tanto de todo esto que ahora soy un profano ).

Era mi primera propuesta de colaboración profesional. Con ella aprendí, además de qué era el EDI, cómo se hace una propuesta, arma fundamental de venta, ( la estructura, los puntos a incluir, la requerida precisión de los mensajes que se incluyen ); la cantidad de veces que hay que rehacer las ideas en el papel; lo importante que es poner el sello de “Borrador sujeto a cambios. Pendiente de revisión”; a dominar el Power Point ( ya era la era Microsoft ) y a manejarme a golpe de cadera con los departamentos clave del consultor. Por cierto, que esta propuesta la desarrollé bajo la supervisión de la gerente de mi primer cliente y, aunque creo que no se vendió, la acabé ( bueno, la acabamos, porque la gerente también se la curró ) honrosamente.

Luego estuve un mes y medio realizando, bajo el mando de Mr. Cr, un estudio de seguridad en un proceso de pago a proveedores para un cliente. Trabajo también muy consultoril ( si se me permite el neologismo ), porque tuve que abordar desde cero los temas de seguridad informática ( física y lógica ), la metodología de análisis de procesos e identificación de los puntos críticos, la valoración de riesgos asociados a cada uno de dichos puntos críticos y el análisis cuantitativo y cualitativo de los mismos en conjunción con sus riesgos, para, finalmente, aplicar el consabido Plan de Acción ( con “quickwins” y acciones a medio y largo plazo ), que incluía un Plan de Contingencia ( ya sabéis, qué-hacer-en-caso-de ).

Aprendí mucho aquí también. De hecho el esquema metodológico que aprendí y que apliqué es igualmente aplicable a tus procesos personales y diarios, puesto que, en el fondo, no deja de ser aplicar el sentido común. Fue en esta ocasión cuando realicé mi primer viaje de negocios en avión hasta Barcelona para supervisar las instalaciones donde se realizaba el proceso de pago ( estaba externalizado ).

Todo era nuevo, enriquecedor, ilusionante pero también plagado de incertidumbres. Lo recuerdo con gusto, a pesar de “pelearme” mucho con Mr. Cr por tener que rehacer una y otra vez el trabajo final a presentar ( tanto cambio y tanto rehacer en esos momentos me crispaba, pero luego entendía que eran cambios necesarios y que el resultado final iba mejorando con cada sugerencia hábil y experta de Mr. Cr, que sabía muy bien lo que se hacía ).

Presentamos el análisis y el cliente quedó satisfecho. Luego supe que ese trabajo fue una vía de entrada ( junto con otros trabajos en paralelo ) en este gran cliente, para abrir su puerta ( y su ubre ). Hoy en día todavía sigue dando leche, y cada vez más ( la recurrencia durante más de quince años, sólo puede significar que las cosas se hacen bien ).

La tercera asignación que tuve fue irme ( por fin ) a Chicago a hacer un curso de formación ( el famoso CAPS ). Corría el año 94 y yo por fin viajaba cruzando el Atlántico a conocer todo un mundo nuevo. De St. Charles ya he hablado y este primer curso lo recuerdo con entusiasmo todavía. Mi toma de contacto con los americanos, tan distintos a nosotros en muchos aspectos, la oportunidad de conocer New York el fin de semana previo al curso, el olor de New York ( esta ciudad tiene un olor especial que todavía recuerdo, y de las calle salen columnas de vapor de las calefacciones, como en las películas, y, sí, sí, los taxis eran amarillos de verdad ) y mis primeras compras en el “Todo 56” ( una tiendecita en un piso regentada por españoles en la calle 56 donde podías comprar con confianza, según recomendaban los que ya habían estado antes ) o en un bazar indio donde compré mi primera cámara de fotos réflex ( hoy casi pieza de museo, ante la embestida de lo digital ), el placer ( casi cateto ) de montar en una limusina que te llevaba al aeropuerto teniendo al chófer a casi 4 metros de distancia y con una licorera y una TV a tus pies, la impresión de tener sobre mí las extintas torres gemelas ( que dejaban a la Torre Picasso como una piececita del mecano ) y subir a lo alto y contemplar Manhattan al atardecer.

Recuerdo que en New York nuestros problemas con el inglés fueron menos gracias a la abundante población hispanohablante : entramos en una ocasión en una cafetería y conforme nos vieron nos preguntaron en castellano que qué deseábamos tomar ( tal era nuestro aspecto de españoles ) o recién llegados al hotel ensayar una frase en inglés para explicarle a la telefonista que hiciera una llamada a nuestra casa para decir que estábamos bien y tal y al ir a descolgar el teléfono escuchar a la telefonista decirnos con acento cubano y una voz penetrante : “Dime, corasón”, y respirar aliviados por poder evitar hablar en inglés.

Para mí este primer viaje fue impresionante. No hay que olvidar que tan sólo era un chico de provincias en Manhattan en el año 94 y eso, para mí, en aquel tiempo, era toda una experiencia.

Finalmente, la cuarta asignación fue participar durante unos días en la elaboración de una propuesta de Plan de Sistemas para un conocido aguador. Y aunque fueron sólo unos días, esa colaboración me permitió adquirir una primera visión de los procesos de negocio de una compañía, en su conjunto : compras-pagos, marketing-comercial-producción-ventas-logística-cobros, contabilidad ( y sus conocidas áreas de contabilidad general, cuentas a cobrar, cuentas a pagar y tesorería ), etc… Esto puede parecer baladí ahora, pero en aquel momento para mí resultó ser toda una inmersión en el mundo de la empresa y en sus conceptos básicos ( pero el mundo real, no el de los libros ). Conseguir esa superficial pero global visión de lo que es una compañía, en qué consisten sus departamentos, sus funciones y sus procesos ( visión por procesos versus visión por funciones ), fue todo un logro para mí. Posteriormente fui completando y perfeccionando mi conocimiento de estos procesos de negocio, unos más que otros. Pero la visión de conjunto, aunque sea un conocimiento superficial, ayuda mucho a ubicar tu trabajo, a entender qué tecla es la que estás tocando cuando trabajas para un cliente. Al principio el consultor inexperto está desubicado, no conoce el conjunto, no sabe dónde está incidiendo su trabajo.

¡Alcanzar la visión global de los procesos, qué gran logro conseguirlo!, aunque sea superficialmente.

(De esta colaboración me viene a la memoria que fue la primera vez que aterricé en un aeropuerto casi de juguete, de esos donde en el vuelo de regreso te subes al avión andando por la pista desde la terminal, vuelo que además retrasamos porque llegamos tarde y cuando caminábamos hacia el avión todos los pasajeros nos estaban esperando con cara de pocos amigos diciendo eso de ya-llegan-los-dos-que-faltaban-y-encima-enchaquetados-con-maletín ).

Tras estos meses tan variados y tan intensos, me asignaron mi segundo cliente. El 1 de junio de 1994 me incorporaba a un nuevo equipo en un nuevo proyecto para un nuevo cliente.

10 comentarios:

WebMaster Jhon dijo...

Hola Yuki, tengo una pregunta a ver si me puedes ayudar. Los horarios se respetaban los viernes por norma general? Y otra cosa, si habia un puente se podia cojer?


Gracias y muy buen blog.

yuki ush dijo...

Te respondo en la siguiente entrada.Gracias.

WebMaster Jhon dijo...

Ok. Pues estoy deseando leer la próxima entrada.

Y otra cosa que propongo para la próxima entrada. ¿La salida de la consultoria, después de 8 años lleva implicito, en tu caso, un peor sueldo o un mejor sueldo? O es como comentabas de que salir de consultoria era simplemente renunciar a llegar socio, pero no a renunciar a un sueldo alto ¿Y en otros casos que conozcas?

Yuki dijo...

En la entrada 5.- Carrera profesional doy respuesta a esta pregunta última. En mi caso aumenté salarialmente de forma considerable. De todas formas habrá casos de todo tipo. Si sales y pasas a un área nueva quizá tengas que empezar un poco de nuevo. Si sales y continúas en tu línea profesional, pero en otro sitio, pues continúas progresando. Conozco gente que dejó de ganar 80.000 euros brutos al año para abrir una tienda de fotografía y buscarse la vida como PYME. Conozco gente que pasó de Gerente a Director General de una mediana empresa y duplicó su sueldo. Depende de cada caso. En general, si continúas en la jaula de oro, salir de la consultoría suele suponer mejorar el sueldo a corto o medio plazo. Otra cosa es que si llegaras a socio tu salario sería ya mucho mayor que el de cualquier directivo de alto nivel en una gran empresa, pero, para eso, hay que llegar, y no llegan todos, entre otras cosas, porque no hay sitio para todos.
Gracias.

WebMaster Jhon dijo...

Yuki, muchas gracias por responder.

Seguiré atento a tu blog.

WebMaster Jhon dijo...

Solo una cosa más, en el presente ¿sigues siendo directo de ti?


Gracias.

JP dijo...

Vaya tesis sobre el overtime, tocas muchos palos y muy bien. No tengo tan claro que todos los que hacen overtime lo tengan claro antes de entrar en la consultora, pero bueno...

Te sigo leyendo y espero tu próxima entrada.

JP
http://historias-de-jp.blogspot.com

yuki ush dijo...
Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.
Yuki dijo...

Muchas gracias J P por tu comentario. Sobre el overtime se podría escribir todo un tratado con enfoques sociolaborales, psicológicos y hasta económicos.

Te seguiré en tu blog. Un saludo.

JP dijo...

Gracias Yuki, te leo desde hace tiempo e incluso te tengo enlazado desde mi blog.